Risaralda es un tesoro de la vida natural, y una de las joyas más hermosas de la fauna silvestre es el Puma (Puma Concolor); uno de los félidos más geniales que podemos encontrar en el departamento.
Este majestuoso felino habita en diferentes ecosistemas de nuestro territorio. Con su pelaje que puede variar en tonos desde el gris hasta el rojizo, se camufla muy bien, convirtiéndose en un depredador sigiloso y eficiente. Es el segundo felino más grande de todo el continente, y por eso, su presencia en Risaralda es un testimonio de la rica biodiversidad que poseemos.
Los pumas normalmente se encuentran en la cima de la pirámide alimenticia y, por ello, su presencia puede ser un reflejo de la buena salud de los ecosistemas. Se han adaptado a la vida en solitario, son sigilosos pero territoriales, y cumplen una función vital en el equilibrio de los ecosistemas.
Pese a su gran tamaño, los pumas no tienen la capacidad de rugir; sin embargo, emiten una gran variedad de sonidos como maullidos, pequeños gruñidos y hasta una especie de aullido. Todos estos sonidos les ayudan a comunicarse entre sí.
Es muy poco común que se presente un encuentro entre pumas y humanos; sin embargo, las variaciones en el clima y las modificaciones de su ecosistema pueden llevar a estos felinos exploradores a toparse con la civilización. Si esto llega a suceder, se debe evitar el contacto directo para garantizar la seguridad tanto del puma como de las personas. Posteriormente, se debe dar aviso a las autoridades para que nuestros profesionales se hagan cargo y podamos seguir conservando esta maravillosa especie.
Recordamos a la ciudadanía en general, nuestra línea de atención 311 360 6917 para encuentros con fauna silvestre.
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