El asesinato de Manuel Antonio Castillo, quien se desempeñó durante dos periodos como diputado de Risaralda en la década de los 90, recientemente fue acreditado como un falso positivo por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz e incluido en el macrocaso 03, debido a que se hallaron pruebas que comprobarían que uniformados del Batallón Ayacucho de Manizales serían los responsables de este hecho de sangre.
Pese a que Manuel vivía en Pereira, su cuerpo fue enterrado como NN en el cementerio de Riosucio, Caldas, y fue hallado por su familia 16 años después del asesinato. Fue entonces cuando, según relató Chrystian Hernández, abogado apoderado del caso, iniciaron con las investigaciones y encontraron diversas inconsistencias y falsas pruebas, entre ellas que el cuerpo del exdiputado tenía un uniforme de una mujer guerrillera.
«Dentro de las pruebas aportadas a las JEP no hay ninguna certificación que señale que él hacía parte del grupo guerrillero, no hay documentos ni información de inteligencia que lo vinculara con la organización guerrillera, pese a eso procedieron a presentar el informe asegurando que era guerrillero», puntualizó Hernández.
Por el momento, sus cinco hijos y su esposa esperan que este caso avance en la JEP para conocer la verdad y ser reparados por parte del Estado Colombiano.
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