Jorge Enrique Rojas, quimbayuno por adopción, asumió este 6 de enero como embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Colombia ante el Reino de Bélgica.
Jorge Rojas nació en Santa Rosa de Cabal, pero vivió toda su infancia, adolescencia y juventud en Quimbaya, departamento del Quindío, por eso es tenido por todos como un quindiano.
Trabajó con el presidente Petro en la alcaldía de Bogotá, donde fue su secretario Privado, secretario de Gobierno encargado y secretario de Integración Social.
Jorge Rojas es un hombre muy cercano al presidente, tanto que ha sido de los pocos amigos que lo acompañó en las elecciones de 2018 y 2022. Había sido nombrado coordinador de los Diálogos Regionales Vinculantes, y se le vio en varios de ellos. Por esta razón, muchos analistas veían a Rojas en un cargo junto al presidente en la Casa de Nariño. Incluso, sonó como director del ICBF.
Este es el segundo hijo del Quindío en el alto gobierno a través de la diplomacia, el primero es José Noé Ríos Muñoz, que asumió hace dos meses en la embajada de Colombia en Cuba.
El quindiano Jorge Rojas es comunicador social de la universidad Jorge Tadeo Lozano, candidato a magíster en Relaciones Internacionales con mención en Seguridad y Derechos Humanos de la facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO, Ecuador; autor de varios libros, entre los que se destacan «A las puertas del Ubérrimo», y «Timochenko, el último guerrillero».
El presidente Gustavo Petro posesionó este viernes a Rojas, y también a los embajadores que representarán a Colombia ante los Países Bajos y Paraguay y les encomendó como ejes de su gestión explorar alternativas para que el país avance en las energías limpias y en apoyos para la implementación de la Paz Total.
En la ceremonia de posesión, que se llevó a cabo en el Salón Protocolario de la Casa de Nariño, el jefe de Estado indicó a los nuevos diplomáticos que, frente a estas naciones, “la paz y las energías limpias se vuelven ejes de una relación que yo creo puede ser más fructífera de lo que hasta ahora ha sido”.
Los diplomáticos que tomaron juramento del cargo junto con el quindiano Rojas, son Diana Carolina Olarte, quien ejercerá como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de Colombia ante el Reino de los Países Bajos y Juan Manuel Corzo, que asume como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Colombia ante la República del Paraguay.
En el caso de Paraguay, el Mandatario consideró ese país “un socio muy nuestro” y expresó que se debe tener en cuenta que es la nación “que tiene la matriz energética limpia más avanzada de toda Suramérica”.
En ese sentido, agregó que esa infraestructura “es su principal producto de exportación” y estimó que “hasta allá debe avanzar Colombia”.
Al respecto, el presidente enfatizó en la propuesta de construir una sola red eléctrica desde la Patagonia hasta Alaska y así, añadió, “poderle entregar a Estados Unidos energías limpias”.
Ese gran proyecto, subrayó, podría ser “la base de una integración americana como en el caso de la Unión Europea”.
Con Bélgica y Países Bajos
En relación con el Reino de Bélgica, el Gobernante recalcó que esa delegación diplomática “es decisiva” y la distinguió como una de las principales del país ante el mundo pues “su principal papel es la Unión Europea (UE)”.
“Nuestra embajada logra un gran esfuerzo en los temas fundamentales para Colombia frente a la Unión Europea. Hay varios frentes ya abiertos que son importantes concretar. Uno, la paz. Indudablemente, varios países europeos, casi todos, quieren tener un papel activo en el proceso de paz colombiano”, expresó el presidente Petro.
En esa misión, señaló, también juega un papel crucial la Embajada en los Países Bajos: “Nuestra propia transformación energética, atraer una serie de inversiones en las energías limpias, lograr superar las inversiones en petróleo y carbón por inversiones en el agua, en el viento y en el sol”.
El objetivo, planteó el presidente Petro, es convertir a Colombia como punto de producción industrial, aprovechando que el país cuenta con la posibilidad de generar energías limpias, permitiendo que su huella de carbón sea baja, “por tanto se volverían más competitivos”.
Finalmente, recomendó al Ministerio de Relaciones Exteriores trabajar para contar con representaciones diplomáticas más austeras y enfocadas a apoyar y proteger a los colombianos en el exterior.