Hoy viernes 11 de noviembre a las 7:30 p.m., Teatro Azul continúa con la Temporada “Trilogía del Teatro Necesario”, presentando en esta ocasión la obra “Hominum, perdón por ser”.
Es una historia a cuatro tiempos; tiempo de memoria, tiempo de confrontación, tiempo de consciencia, tiempo de perdón, perdón por ser y para ser. Una producción que busca llevar al público por un viaje reflexivo e impactante sobre el ser humano y el perdón, a través de la confluencia de los lenguajes del teatro, el videomapping y la música. En la obra se incluyen tres historias de perdón de mujeres reales, de diferentes momentos históricos: Eva Kor, sobreviviente del holocausto Nazi; Immaculée ilibagiza, sobreviviente del genocidio de Ruanda y Pastora Mira, activista colombiana y sobreviviente del conflicto en nuestro país.
“Hominum, perdón por ser”
“Teatro de la conciencia, acepción empleada desde mediados del siglo XX a las expresiones teatrales de tantos dramaturgos europeos y norteamericanos que lograron, con sus obras, transmutar las relaciones en las tablas y corresponder a su público con creaciones de un nuevo lenguaje dramático que cuestionara la banalización y la incidencia que en el teatro tenían las corrientes comerciales.
Hominum, perdón por ser, una de las más recientes obras de Teatro Azul, en esa dinámica, se nos presenta como una obligación de prenderle motores a la reconciliación. No es una parábola, es una necesidad. En ella, las historias sensibles de tres mujeres nos recuerdan tristemente las ignominias locales, que trascendieron a la historia de la humanidad. ¿Cuántos Auschwitz todavía se pueden vivir en tantos lugares, donde el campo de concentración se convierte en el sistema de opresión que comprime los ímpetus de libertad? ¿Cuántos Ruanda siguen sucediendo en sucesos de genocidios o feminicidios que, incluso, no se alcanzan a registrar? ¿Cuántos crímenes de la patria colombiana continúan horadando la conciencia moral de un pueblo que se prepara para la nueva etapa de su historia?
El tema del perdón, condición humana ella, pero despreciada por no decir que desvalorada, nos debe traer a colación las vivencias étnicas y cotidianas. Utilizamos el término a diario, como la constante verbal que acompaña nuestros diálogos: cuando pretendemos pasar una barrera vial, cuando queremos cruzarnos en el camino de alguien, cuando solicitamos un servicio, cuando requerimos la presencia del otro. Perdón, cuando olvidamos; perdón, cuando nos equivocamos; perdón, cuando invadimos. Perdón, varias veces perdón cuando le decimos al otro ser que ya no nos interesa. Hasta el perdón se invoca cuando nos anticipamos a la injusticia y a la mala acción. No presentamos una acción de perdón, simplemente la exigimos. No perdonamos por nuestras pésimas relaciones ambientales como sí lo hacen en el Valle del Sibundoy los indígenas en su Festival del Perdón, porque se hace fiesta de agradecimiento a la Naturaleza. No pensamos en el perdón por las ausencias, cuando ellas – sabemos- se dieron por circunstancias ajenas a las voluntades del otro. Ni eso lo entendió la pequeña Eva, una de las testimoniantes de la obra de teatro, cuando increpaba a sus padres por no estar presentes en el desarrollo de su accidentada infancia. No perdonamos cuando agredimos ni cuando ofendemos. No vivimos la realidad del perdón, simplemente porque nunca la pusimos en el plano de nuestras vidas. Aún más, otro personaje visceral está siempre presente en el espacio que debe ocupar el perdón. Se trata del odio, que termina imponiéndose en el sendero existencial, considerando que es el único dueño de las decisiones. Odiamos por tendencia ideológica, por herencia familiar, por fanatismo, por equivocada percepción sobre el otro. Por color de piel, por rencillas de grupo, como en los países lejanos (entre ellos Ruanda) donde también desprecian por geografía y ubicación espacial.
Hominum, perdón por ser, en el Teatro Azul de Armenia. Una obra para ver. Una vista para actuar. Una acción para perdonar.”
Reseña del antrópologo e historiador Roberto Restrepo Ramírez
El aporte para asistir a esta función es de $30.000. Si alguien desea asistir tanto a la función de la obra “Hominum, perdón por ser”, el viernes 11 de noviembre, como a la de la obra “Dignidad”, el sábado 12 de noviembre, el aporte para ver ambas obras es de $40.000.
Esta presentación es apoyada por la Corporación de Cultura y Turismo de Armenia y el Ministerio de Cultura- Programa Nacional de Salas Concertadas. Para mayores informes, comunicarse al 318 789 9582.