La Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), a través de su Subdirección de Gestión Ambiental, ha informado sobre un comportamiento climático inusual en el departamento durante los primeros 22 días de septiembre de 2024. Este mes ha sido caracterizado por un déficit significativo en las precipitaciones y un aumento considerable en las temperaturas, lo que ha generado preocupación en la región.
Lina María Gallego, profesional especializada de la CRQ, destacó que las precipitaciones han disminuido notablemente en todas las estaciones monitoreadas, con un déficit que oscila entre el 64 % y el 91 %. La estación de Navarco, en el Alto de La Línea, registró el menor déficit, mientras que el Centro Nacional para el Estudio del Bambú Guadua en Córdoba y el retén La Playa en Salento presentaron los mayores descensos.
Entre el 1 y el 22 de septiembre, las lluvias fluctuaron entre los 8.5 mm y los 43.1 mm, cifras que se encuentran muy por debajo de los promedios históricos que van desde 70.8 mm hasta 180.7 mm. Con solo 7 días de lluvias esporádicas y registros inferiores a 10 mm en 24 horas, septiembre ha sido un mes atípicamente seco.
A pesar de que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha declarado la finalización del fenómeno de El Niño, sus efectos continúan afectando al Quindío, exacerbando las condiciones climáticas actuales.
En cuanto a las temperaturas, la CRQ ha detectado incrementos inusuales, con anomalías que superan los promedios históricos de los últimos 50 años. En estaciones como la de Bremen en Filandia, se han registrado aumentos de hasta 6.6°C por encima del promedio mensual, siendo la mayor anomalía detectada. La temperatura más alta se reportó el 9 de septiembre en la estación El Ocaso en Quimbaya, alcanzando los 35.2°C a las 2:00 p.m.
La CRQ continúa monitoreando de cerca estos comportamientos climáticos y espera que con la llegada de la segunda temporada de lluvias las condiciones puedan estabilizarse. Mientras tanto, la entidad hace un llamado a la ciudadanía a ser responsables con el uso del agua y estar atentos a posibles alertas por cambios bruscos en el clima.