El municipio de Montenegro, Quindío, fue el escenario del lanzamiento de la Copa Claro, un evento que contó con la participación especial de Ángel Barajas, joven medallista olímpico, quien compartió su experiencia y motivó a los asistentes a través de un emotivo discurso. Durante su intervención, Barajas destacó la importancia de estas iniciativas deportivas para los jóvenes, “hacer este tipo de eventos para los jóvenes, que estén en algún tipo de deporte, les aportará mucho a sus vidas”.
Barajas, emocionado, expresó su gratitud por el reconocimiento y por la oportunidad de compartir su historia con los presentes. “Estoy muy agradecido con Dios por todo lo que me está pasando, de verdad que es algo raro de un día para otro. Creo que también es bueno hacer, como reconocerse, muchos jóvenes todavía como que no tienen esa claridad, demostrar su imagen. Me siento muy feliz por estar aquí compartiendo este momento con ustedes”, afirmó.
Al reflexionar sobre su reciente hazaña olímpica a tan solo 18 años, Barajas explicó cómo este logro ha cambiado su vida. “Me siento feliz porque la gimnasia entra en un deporte priorizado y eso lo estábamos buscando hace mucho tiempo. Este triunfo no fue solo mío, sino también de mi entrenador, de los asistentes, de todo el equipo de trabajo. Incluso, hasta de mis compañeros, cada quien aporta su grano de arena para todo esto”, dijo.
Sin embargo, el joven deportista también mencionó algunos desafíos que ha enfrentado tras alcanzar la fama. “Ahora me toca estar con cuidado, a veces con la cara abajo, pero de verdad que me gusta eso porque reconocen el trabajo que uno ha hecho”, confesó.
Barajas también resaltó el esfuerzo colectivo de los deportistas colombianos para poner en alto el nombre del país. “Japón, China, todos ellos son países potencia en la mayoría de deportes, no solo en gimnasia, pero nosotros también trabajamos para eso, para dejar el nombre de Colombia en lo más alto. A veces las cosas no se dan, pero son aprendizajes que la vida da para que eso más adelante no vuelva a pasar”, señaló.
El joven gimnasta recordó los años de esfuerzo que lo llevaron a alcanzar sus metas, destacando que su éxito no es fruto del trabajo de un año o unos meses, sino de más de una década de dedicación. “Llevo 13 años practicando este deporte y se ve de todo, muchos altos y bajos. Había días en los que las cosas no me salían como yo quería y eso me desanimaba mucho, pero sabía lo que quería y eso me ayudó a salir de ese momento complicado”.
“A los jóvenes decirles que sean muy resilientes, las cosas a veces no salen de la mejor manera, las cosas no salen siempre como uno las espera, como uno quiere que salgan, pero son aprendizajes, hay que tomarlo del lado positivo y que de todos esos errores se aprende, no es malo uno fallar, fallar es bueno para corregir esas pequeñas cosas para hacerlo cada vez mejor y que sean muy disciplinados, que todo lo que hagan, lo hagan con mucha responsabilidad y que sueñen, que sueñen”, fueron las últimas palabras de este joven deportista que sin duda le esperan muchos más triunfos.