Ayer y hoy al compás del tango
Por Darío Tobón
El primer contacto que tuve con la música argentina fue a través de Magaldi. Tenía 7 años, mi padre compró en discos de 78rpm, los valses “Mis delirios” y “Afilador”, de Magaldi y Pracánico. Mi papá ponía y ponía esos temas. Cuando nos trasladamos a otro pueblo continué el contacto con Magaldi. Unas damas del pueblo tenían un proyector de cine y todos los días a través de tangos cantados por Magaldi, llamaban la atención para anunciar la película de esa noche. Ello me llevó a oír y reconocer en los cafés de la plaza a otras voces tangueras.
Agustín Magaldi nació en Rosario, Santa Fe, el día 5 de agosto de 1901, lugar y fecha confirmados por Horacio Ferrer y la principal biógrafa de Horacio, Estela do Santos. Muy niño su familia se traslada al pueblo de Casilda, que muchos escritores de tango lo han referenciado como el lugar de nacimiento. Allí pasó su niñez y ya adolescente vive un tiempo en la pampa.
Su padre, amante de la ópera italiana, comienza a enseñarle arias, romanzas y canzonetas de ese país. Así crea Magaldi un modo de cantar basado en sus antecedentes líricos. Forma un dueto con un buen cantante, con su mismo nombre y casi de la misma edad, Agustín Volpe, que estuvo en Colombia. El dueto se llamaba Volpe-Galdi, por las últimas silabas de Magaldi. Recorren los pueblos de la provincia en donde habitaran más italianos y allá se detenían a cantarles canciones de su patria. Esto sucedió en 1918.
Al siguiente año recibe lecciones de canto de un maestro italiano. Por esta época conoce a Caruso en su primera visita a Argentina y entra a ser parte de su elenco. Estando en estas, debuta en Buenos Aires disfrazado de Arlequín. Lo recibieron con un tomatazo en su pecho. Este es el inicio de casi 5 años de infortunio. Insiste y su maestro de canto le consigue beca para estudiar en la Scala de Milán, que no aprovecha. Había decidido dedicarse a la canción criolla, pero el público sigue rechazándolo.
En 1921 conoce a Gardel, quien lo alienta a seguir sin desesperar. Viaja a Buenos Aires y allí gana un premio de lotería que pronto se consume y sigue en la miseria. En el año 1924, Rosita Quiroga, que ya tenía alta favorabilidad, se convierte en su hada madrina. Lo invita a formar con ella un dúo y graban cuatro temas camperos finalizando el año.
En 1925 ayudado por el guitarrista Enrique Maciel, forma dueto con Pedro Noda: el famoso dueto Magaldi-Noda que se convierte en éxito tremendo. Es el dueto de más larga duración y el más triunfador de todos los que han existido en la música porteña. Pero las desventuras siguen.
En 1928, actuando en Montevideo, en el teatro Solís, le arrojaron petardos al escenario. Así y todo, sus fanáticos lo sacaron en andas. En sus presentaciones radiales, que se hacían en radio teatro, presentándose en el escenario, el empresario que tenía el turno siguiente, viendo que Magaldi agotaba su tiempo, se disfrazaba de mujer y comenzaba a bailar a su alrededor. Con radiodifusión creciente, su fama se agiganta. Magaldi decidió utilizar exclusivamente ese medio para dar a conocer su voz. Las grabaciones del dueto son múltiples.
Pero también grabó como solista. El dueto duró hasta el 30 de diciembre de 1935. Fue una separación amistosa. Noda pronto formó dúo con Carlos Dante. Hasta su final Magaldi sigue solo en la canción. Lo primero que canta y graba es Nieve, canción de ambiente ruso inmensamente aclamada.
En este vínculo puede ver un video de esta canción:
Noda es el compositor de los tangos Trapo viejo, Los muñecos, Allá en el Bajo, Dios te salve mi hijo y otros, la mayoría con letras de Agustín o de su hermano Emilio. En ese tiempo, estando de correría por la provincia de Buenos Aires, llega a la ciudad de Junín y allá una jovencita de 16 años, Eva Duarte (luego de Perón) le pide que la lleve a Buenos Aires donde estaba su hermano Juan. En este punto no hay acuerdo de los historiadores. Unos dicen que Magaldi cumplió ese deseo de Evita y así acabó todo. Otros hablan de que “le sacó pieza” como así dicen los paisas. Supuestamente hubo larga correspondencia con Agustín, que su hermano Juan se encargó de destruir cuando Evita era figura nacional. Lo que sí es una verdad absoluta es que hubo un tiempo en el que Magaldi fue considerado el mejor cantante de la Capital, con Gardel todavía vivo, pero hallándose y triunfando en el exterior.
Aquí puede oír el audio de Dios te salve mi hijo:
Magaldi crea una escuela de cantar de estilo diferente, es decir, en nada parecido al de Corsini y Gardel. Trajo una nueva sensibilidad. Según Estela do Santos, a Magaldi lo elevó el alma popular. Es un cantor de extrema sensibilidad. Sus temas nunca fueron machistas. En cambio, era ensalzada y respetada en sus letras la mujer. Es musicalmente un tenor dramático. Es gran voz para un gran repertorio. Sus temas son los arquetípicos del tango. Su tema “El penado 14”, tuvo un millón de copias.
En este vínculo el video de El penado 14:
Su segundo éxito fue Vagabundo. También impactó con El farol de los cerros y Allá en el Bajo. Otros temas exitosos fueron No quiero verte llorar, y Sonata. Todos son temas sensibleros y temperamentales, nunca antifemeninos que sí fueron cantados por Edmundo Rivero y Julio Sosa. En la radio era más apreciado que los intérpretes extranjeros. En la ciudad de Rio Cuarto se casa con Facunda Miserando, con la que tuvo único hijo, Agustín, producto de su luna de miel. Pero pronto se separa de ella. Tuvo un hermano, Emilio, autor de la letra de tangos como Mañana es mentira y Los muñecos.
Aquí podrá oír No quiero verte llorar
Agustín hijo, nació en 1932. Tuvo precoz aparición en 1945 cantando. Aprovechando el nombre de su padre, vino varias veces a Medellín, el lugar del mundo donde es más grande la fama de Magaldi. Escribió El maestro de mi vida, homenaje a su padre, Vamos y Amor con amor se olvida No logró apoyo del público argentino, pero sí del colombiano.
Magaldi fue de generosidad inagotable. Voz al viento y mano abierta. Ayudaba a presos y enfermos. No fue triste, pero lo aparentaba. Al morir no poseía casa. Para 1939 tenía prevista gira por el exterior. Padecía de Colelitiasis (cálculos en la vesícula), que no le preocupaban. Un día de agosto de 1938, presentándose en 3 emisoras de Yankelovich, tuvo profunda crisis dolorosa. Se le diagnosticó estallido de la vesícula con vertimiento de bilis en la cavidad abdominal, que produce digestión de la grasa, que es allí muy abundante, provocando peritonitis biliar, popularmente llamado derrame biliar, de gravedad inmensa. Fue intervenido sin lograr contener el proceso. Muere el 8 de septiembre de 1938. Su velación se hizo en el coliseo Luna Park. Poco antes había hecho su última grabación con el tango Honor gaucho. Grabó temas colombianos: Montañerita mía, Son de campanas y En la calle, los dos últimos con letra de Tartarín Moreira y música de Carlos Vieco.
Aquí, el audio de Son de campanas:
Con su muerte se crea un culto melancólico como el de Gardel, que no solo se dio en Colombia, sino también en los países Latinoamericanos. Estela do Santos dice: “es una gran voz al servicio del dramatismo”. Tenía inagotable e ilimite generosidad.
Magaldi fue compositor de los tangos: Desprecio, Amaneciendo, El vagabundo, Allá en el Bajo, muy popular en Argentina y casi desconocido en nuestra tierra, Trapo viejo, No volverás, Dios te salve mi hijo, Afilador, Mañana es mentira, El penado 14, Levanta la frente, No quiero verte llorar, y el fox Donde está.
En este vínculo podrá oír Allá en el bajo
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