Marisela Ruíz Marín, una de las implicadas en el homicidio de Betty Vallejo Reyes, fue dejada en libertad por vencimiento de términos.
Esta decisión fue tomada por un juez de control de garantías teniendo en cuenta que, luego de cumplir 19 meses y 16 días en la cárcel, la Fiscalía no pidió la prórroga de privación de la libertad. Además, se aplazó en repetidas ocasiones las audiencias para su sentencia y por otro lado, la defensa aún no ha presentado pruebas de su responsabilidad en el homicidio de Betty Vallejo.
Aunque la defensa de las víctimas alegó que la mujer todavía era un peligro para la sociedad, el juez la dejó en libertad pero no podrá salir del país y deberá comparecer cuando sea citada por las autoridades.
Escabroso relato de Rosalba Marín sobre el homicidio y desaparición forzada de Betty Vallejo
“Hicimos negocio con la señora Betty, acordamos un arrendamiento de $380.000 pesos más servicios. Al llegar a vivir en la casa notamos una humedad en la pared de la última habitación y la dueña se comprometió a arreglarla pero no lo hizo. El día martes 8 de septiembre eran las 11:00 de la mañana cuando doña Betty se mostró disgustada porque pretendíamos hacer instalar el servicio de parabólica y ella no quería porque eso le provocaba paso de agua por la cuerda y le entraba al apartamento. Yo le dije que me la dejara colocar porque era mi derecho y la señora Betty se enojó. Ese día en la mañana ella se asomó por la ventana de arriba me preguntó por la humedad y le dije que seguía mal. Solicitó que la dejara entrar para mirar la pared y la humedad, fue hasta la pieza y se enojó, dijo que la culpa de la humedad era mía, yo le dije que eso ya estaba y de repente se mostró agresiva, levantaba las manos, discutía y se me vino encima alegando, mi reacción fue defenderme y empujarla, ella cayó contra el pollo de la cocina, se golpeó la cabeza y comenzó a chapalear, estirar las piernas, yo me asusté y no sabía que hacer, me quede bloqueada, nunca imagine eso y nunca fue mi intención de hacerle daño, hasta que dejó de respirar”.
“No sabía que hacer, iban a ser la 1:00 de la tarde pensé que iba a llegar mi hija del trabajo, comencé a pensar qué hacer con el cuerpo. Me dio miedo porque de pronto llegaba la Policía y se me ocurrió llevarla al patio de la casa. Cogí un machete y un martillo, luego empecé a partirla por la cintura y con el martillo golpeaba el machete en dos partes. Luego busqué dos chuspas de bultos de concentrado para perros y en cada uno metí cada parte del cuerpo, amarré las bolsas y las puse en un carrito de mercado color rojo con el que acostumbraba hacer las compras”.
“Salí de casa solo para buscar un sitio y saber a dónde llevar las dos partes del cuerpo de doña Betty, vi un señor afuera por el lado de la escuela, hacía abajo, en un sector que ya no eran Los Quindos, le dije que si me podría ayudar a enterrar unos perritos que se me habían muerto. El señor me dijo que yo debía hablar con la Policía porque los perros no se pueden enterrar así y le contesté que no tenía plata para un entierro. El señor me propuso hacer dos huecos para enterrarlos cerca de su casa y que se los llevara a las 3:00 de la tarde”.
“Yo lleve las dos bolsas a las 2:30 de la tarde. Cuando iba con la primera bolsa vi un hueco, al llevar la segunda se la entregué y el señor se encargó de enterrarla, le pagué 50 mil pesos y me fui de ahí. Al señor nunca lo había visto y no lo volví a ver, me fui a casa, limpie con jabón y límpido, utilicé una toalla vieja con la que secaba a las perritas después del baño (…). Ese día mi hija Maricela se fue a trabajar como a las 10:00 de la mañana, porque trabajaba en Lucerna, al regreso en la noche la casa estaba limpia y ella no se dio cuenta de lo que yo hice nunca insinué nada de lo que hice. (…) Todo lo que sucedió solo lo sabía yo, porque no lo había contado, hasta que no lo pude ocultar y están involucrando a mi hija que nada tiene que ver en el caso, además me arrepiento de lo que hice y deseo que la familia de doña Betty, pueda de alguna manera descansar hasta ver lo que le paso a ella dejando en claro que nunca quise que eso pasara y todo comenzó con un accidente, en este caso solo participe yo”.
Después que Rosalba confirmara el lugar dónde enterró los restos de Betty Vallejo, unidades del CTI desplegaron un dispendioso operativo en el sector de la vía que comunica La Arcadia- Los Naranjos.
Horas después, fueron los mismos apoderados de las víctimas quienes confirmaron con tristeza en su rostro lo siguiente: “En estos momentos tenemos que dar la lamentable noticia para todo el departamento del Quindío de que efectivamente sí es el cuerpo de doña Betty.
Fueron dos los delitos imputados a las mujeres implicadas en el hecho, Homicidio agravado y Desaparición forzada, ambos en calidad de coautoras.