Una muestra de esfuerzo y dedicación que no es definido por la edad. El pasado 22 de abril Noralba Garzón Correa, con 77 años de edad, recibió su diploma que la acredita como licenciada en Ciencias Sociales con énfasis en Básica Primaria de la Universidad del Quindío.
Precisamente la institución exaltó a Noralba como una mujer que evidencia perseverancia y superación, constituyéndose en un verdadero ejemplo de vida para todas las generaciones.
“El recinto rebosó en elogios cuando llegó el momento en el que doña Noralba se acercó a recibir su diploma, símbolo del esfuerzo y la prueba de que los sueños son posibles de alcanzar, que detonó la emotividad y el orgullo de quienes compartieron consigo las aulas de clase con respeto y admiración, y de todos los presentes en tan significativa ceremonia”, así lo relató la nota de la Universidad del Quindío.
Su historia por la universidad ha demostrado todo un camino de esfuerzo y orgullo. Doña Noralba inició sus estudios universitarios en 2014 y los culminó en 2019, aprobó su trabajo de grado en al año siguiente y esperaba con ansias el momento de graduarse como profesional del Programa de Licenciatura en Ciencias Sociales, pero, a raíz de la pandemia ocasionada por el covid-19, no quiso que su ceremonia de grado fuera virtual, así que decidió posponerla hasta que esta pudiese realizarse de manera presencial como se acostumbraba.
Superarse educativamente fue su deseo desde que era niña, pero en la época que creció no era necesario que las mujeres estudiaran. Sus estudios de primaria los comenzó en el año 2000, luego avanzó con el bachillerato contando con el apoyo incondicional de su hija mayor, abogada de profesión, quien le permitió alcanzar el sueño de estudiar una carrera universitaria, sin importar que no pudiese ejercerla por su avanzada edad, pero le brindó los medios necesarios para ayudar a su madre a cumplir su deseo de ser profesional.
De acuerdo con la graduada, la situación de autismo de una de sus nietas fue su mayor impulso para conseguir este significativo logro. La imposibilidad de la niña para hablar y comunicarse con los demás, especialmente con sus compañeros y docentes, la llevó a enfocar su trabajo de grado en ese tema.
“Cuando intenté hablar con los docentes sobre la condición de mi nieta, estos en muchas ocasiones me ignoraban al carecer de conocimiento al respecto. Desde entonces, decidí estudiar y dedicarme al tema del autismo para que, cuando volviera a hablar con una persona de ello, pudiera referirme con propiedad y supieran que conocía del tema”, relató.
Finalmente doña Noralba destacó que el estudio es una herramienta elemental para la vida. “El estudio nunca sobra, si uno no estudia, no es nadie. He visto con mucha tristeza cómo las personas por su edad o por alguna otra razón, y a pesar de tener la forma de estudiar, tienen un concepto tonto y se cierran a esa posibilidad. A nosotros los mayores nos dan algunas enfermedades relacionadas con la inactividad de nuestra cabeza, de nuestro cerebro, algo que se podría mitigar, por ejemplo, con estudios en alguna materia. Esta es una garantía que uno tiene de estar sano y lúcido”, concluyó.
Fuente: Universidad del Quindío