En la Comuna 18, zona de ladera de Cali, esperan la inspección y apoyo de Gestión del Riesgo y administración distrital, temen una emergencia mayor y las láminas de zinc desprendidas son una amenaza.
Noticias Cali.
En la Comuna 18, ladera de Cali, zonas como Los Chorros y aledaños viven esta semana una emergencia por cuenta del invierno con efectos del Fenómeno de la Niña; intensas lluvias, fuertes vientos, tormentas eléctricas, lo que llevó a volar varios techos de láminas de zinc, desprendimiento de tierra y otros daños en varias viviendas.
El fuerte viento con lluvia, hizo caer varias láminas de zinc sobre tendido eléctrico y árboles.
Hasta esta zona llegaron personal de Emcali y Bomberos, para atender la situación peligrosa. Pero no fue la única afectada.
Si bien en Los Chorros varias familias se quedaron literalmente sin techo y todos sus enseres se mojaron, no fue el único sector con daños.
En esta parte de la ladera de Cali, son cientos de personas las damnificadas porque no solo los techos, muchas casas están construidas solo de zinc, o tablas, por tanto, la humedad también ha generado daños.
Las láminas han quedado desprendidas o a punto de volar.
En la zona, esperan que del Distrito se les pueda brinda apoyo, pero también piden a la ciudadanía unirse.
En la ciudad la ola invernal en este momento ha generado otras emergencias.
Lluvias en Cali
Además, las lluvias no solo en Cali durante la última semana, ha llevado al aumento del caudal del río Cauca, y bomberos han estado inspeccionando en varios puntos encontrando en algunos, «desbordamientos leves» y en otros como en Puerto Nuevo, viviendas inundadas.
La parte del río Cauca que pasa por Cali ya no es el mismo que hace 10 años, este es el principal afluente de la ciudad y alimenta el 83% del servicio de agua potable que va para los caleños.
El riesgo
Por muchos años ha estado afectado por los asentamientos humanos en las márgenes y por el vertimiento directo de aguas negras en su cauce.
Con el plan Jarillón, lento pero que sigue en curso, se han liberado más de 17 kilómetros de tierra, que antes estaban ocupados por miles de familias que se habían asentado desde 1980. El despeje de este terraplen permite mejorar las condiciones para evitar una emergencia por desbordamiento.