el Volcán Chiles, ubicado en el Nudo de los Pastos, en la frontera entre Ecuador y Colombia. Con una altitud de 4.756 metros sobre el nivel del mar, es considerado una de las cumbres más elevadas de la media montaña ecuatoriana.
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El Volcán Chiles no solo es famoso por su geografía, sino también por su riqueza cultural y las leyendas que se tejen en torno a él. Está ubicado entre Colombia, en el municipio de Nariño, y Ecuador.
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Aunque no se tiene constancia de erupciones históricas, las aguas termales que brotan a sus pies son un recordatorio constante de su actividad subterránea. Estas fuentes termales, conocidas en el Ecuador como aguas hediondas por el fuerte olor a azufre, ofrecen un atractivo adicional para quienes visitan la zona.
En el lado colombiano, estas aguas se conocen como aguas calientes. En las cercanías del volcán, también se puede encontrar un páramo de frailejones, un ecosistema único adornado con flores exóticas y donde se pueden avistar cóndores.
El ascenso al volcán Chiles es una aventura en sí misma. El punto de partida más común es la parroquia de Tufiño, a unos 40 minutos en vehículo desde Tulcán, en la provincia de Carchi. Desde allí, los excursionistas pueden llegar al refugio ubicado en las laderas del volcán, donde comienza la caminata.
El ascenso al cráter se divide en tres fases:
Primera fase: Se inicia caminando por un sendero relativamente accesible.
Segunda fase: La pendiente se incrementa, por lo que se recomienda el uso de palos de trekking para ayudar en el ascenso.
Tercera fase: La última parte del ascenso es más técnica, requiriendo puntos de apoyo y destreza para llegar a la cumbre.
En el camino, los aventureros tienen la oportunidad de disfrutar de paisajes impresionantes y, en días despejados, ver las famosas Puertas de Oro del Volcán. Una vez en la cima, los visitantes pueden deleitarse con vistas espectaculares del Pico Amarillo, la Laguna Turquesa, y otros puntos de interés cercanos.
El Volcán Chiles no solo es famoso por su geografía, sino también por su riqueza cultural y las leyendas que se tejen en torno a él. Según cuenta la tradición local, el volcán lleva su nombre en honor a Juan Chile, un sabio indígena que escribió los tres principios fundamentales del pensamiento pedagógico.
Además, la zona está llena de relatos místicos. Una de las leyendas más conocidas es la de los volcanes Chiles y Cumbal, considerados los «padre» y «madre» de los pueblos indígenas pastos. Se dice que estos dos volcanes, hijos del dios Sol, lanzaban lava que llegaba a las lagunas cercanas, dando origen a dos seres que, después de fallecer, se transformaron en cóndores.
Para quienes buscan una experiencia más relajante después del esfuerzo físico, el área cercana al volcán cuenta con un complejo termal donde los visitantes pueden disfrutar de las aguas termales en un entorno natural impresionante.
La entrada a estas aguas cuesta alrededor de 10.000 pesos colombianos y ofrece un descanso revitalizante luego del arduo ascenso.