La Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá confirmó que el ingreso de alimentos a Corabastos se redujó en un 55%.
Tras la finalización del paro camionero que afectó a Bogotá durante cuatro días, la ciudad comienza a normalizar sus actividades.
Tanto las entidades distritales como el sistema de transporte Transmilenio operan con normalidad, aunque el impacto económico del paro se ha hecho sentir de manera significativa, especialmente en el abastecimiento de gasolina y alimentos.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, se manifestó optimista tras el levantamiento del paro, destacando que «Bogotá ya está retornando a la normalidad. En este momento ya no hay ningún bloqueo en la ciudad.»
Galán celebró el acuerdo alcanzado entre el Gobierno Nacional y los transportadores, que permitió poner fin a las interrupciones que afectaron la movilidad en la capital y en varias regiones del país.
Desde la mañana de este viernes, Transmilenio opera al 100% en todas sus estaciones, gracias a la colaboración entre el equipo de la entidad, las autoridades distritales y la Policía Nacional.
Sin embargo, el alcalde advirtió que las consecuencias económicas del paro son preocupantes. Se estima que la actividad económica de la ciudad ha sufrido un impacto de alrededor de 30.000 millones de pesos diarios, lo que podría repercutir en el aumento de los precios de la canasta familiar.
Durante los días de paro, más de cinco millones de usuarios del sistema de transporte público se vieron afectados. Se registraron actos de vandalismo en 114 buses de Transmilenio, entre ellos 90 buses zonales, 14 alimentadores y 10 articulados.
Las localidades más impactadas por la interrupción del servicio fueron Usme, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa, Suba, Usaquén, Chapinero y el municipio de Soacha.
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La Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá confirmó que el ingreso de alimentos a Corabastos se redujó en un 55%. Los productos que más han sufrido son aquellos que provienen de la vía al Llano. Además, los precios de los alimentos han aumentado en promedio un 20%, lo que genera preocupación entre los ciudadanos.
El impacto del paro también afectó la recolección de basura en la ciudad, con más de 270 toneladas de residuos acumulándose debido a la dificultad en el transporte hacia el relleno sanitario Doña Juana. Las localidades más afectadas por la acumulación de basura incluyen Fontibón, Kennedy y Engativá.
Asimismo, el paro repercutió en el desarrollo de proyectos de infraestructura, ya que la llegada de materiales a los frentes de obra se ha visto interrumpida. La situación es crítica y se espera que las consecuencias del paro se sientan en el corto y mediano plazo.
A medida que Bogotá intenta recuperarse de esta crisis, el retorno a la normalidad se ve empañado por la incertidumbre económica y el aumento en el costo de vida.