Oscar Fernando Arcos, conocido como Osffer ATS, es un joven rapero que ha dedicado casi la mitad de su vida al arte del rap. Nacido y criado en el barrio Santa Matilde de la comuna diez de Pasto, Arcos encontró en la música no solo una pasión, sino una forma de expresar las realidades de su entorno y transmitir mensajes de esperanza y superación.
Con apenas 8 años comenzó a interesarse por el rap, influenciado por los sonidos urbanos que inundaban las calles de su barrio. A los 9 años escribió sus primeras rimas y desde entonces no ha parado de componer y explorar nuevas formas de expresión musical. Este año marcó un hito en su carrera al fundar la agrupación Rc98, nombre que simboliza la representación clandestina de la comunidad, buscando resaltar no solo los desafíos, sino también las virtudes y el espíritu de unidad y colaboración entre los residentes.
«En el barrio no solo hay cosas malas, también hay mucho arte, trabajo y compañerismo», comenta Arcos, reflejando su visión positiva y compromiso con su comunidad. A través de su música, Osffer ATS busca derribar estereotipos y mostrar la realidad completa de los barrios populares, donde la creatividad y el esfuerzo cotidiano son parte fundamental de la vida diaria.
Historias autenticas
Su canción más exitosa hasta el momento, «Trap life», ha resonado profundamente en plataformas como YouTube, acumulando reproducciones y conectando con una audiencia más allá de las fronteras locales. En ella, Arcos explora temas de la vida cotidiana, las luchas personales y la búsqueda de un futuro mejor, mostrando su habilidad para combinar ritmos pegajosos con letras que cuentan historias auténticas y significativas.
«Mi objetivo es salir del barrio y cambiar vidas. Quiero ser un ejemplo de éxito y dedicación, y algún día comprarle una casa a mi madre, quien ha sido mi mayor apoyo», confiesa Arcos con determinación. Su sueño de trascender fronteras geográficas y culturales es impulsado por su pasión por el rap y su compromiso con inspirar a otros a través de su arte. Osffer ATS no solo es un rapero en ascenso, sino también un defensor de la cultura y el talento local. Su historia es un testimonio vivo de cómo la música puede convertirse en un catalizador de cambio social y un medio poderoso para elevar las voces de las comunidades marginadas hacia una plataforma más amplia y receptiva.