Esta práctica se fundamenta en el trueque, la primera forma de comercio utilizada por la humanidad. Ahora es retomada para generar economías sostenibles y amigables con el ambiente.
Noticias Nariño
Hace cinco años, la primera forma de comercio que la humanidad adoptó volvió a ser retomada en Pasto, Nariño en un espacio itinerante de economía circular llamado Mercatrueke.
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Como su nombre lo indica, el trueque es el medio de pago que el espacio utiliza para crear economías sostenibles y amigables con el ambiente.
En este caso, la persona que desee participar debe llevar un objeto que esté esperando a ser usado e intercambiarlo por el objeto o servicio que quiera adquirir y esté dispuesto a aprovechar.
El Mercatrueke ha llegado con su metodología a los municipios de La Unión al norte y Tumaco en la costa de Nariño.
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Bancos
Esta estrategia, como se ya se mencionó, se viene desarrollando desde hace cinco años, de la mano de Ángela Ponce y Pamela Lasso.
A través del Mercatrueke, las organizadoras han abierto espacios de intercambio como lo son los bancos de trueque y de tiempo.
Para efectuar las dinámicas de intercambio, existe el banco de trueque, que cuenta con KEYA, la moneda social.
Ahí es donde se reciben los productos, se verifican si están en buen estado y se le entrega la moneda social, que según Angela, “sirve para acceder a todo lo que existe en el banco”
El banco del trueque se abre una vez al mes. Se encuentra presente en casas culturales, plazas y parque, lugares que generan contacto directo con las comunidades.
En cuanto al banco del tiempo, ahí se intercambian servicios. Para ello, cuentan con la presencia y el apoyo de profesionales en diferentes áreas, dispuestos a brindar asesorías, clases, valoraciones, incluso tiempo para hacer gestiones.
“Y cuando hablamos de aliados podemos mencionar a artistas gestores culturales, profesores, contadores, abogados, psicólogos que dejan en el banco de tiempo clase de inglés, asesorías tributarias, son profesionales que están prestos a servir y compartir”, explica la coordinadora de Mercatrueke, Ángela Ponce.
Cuentan con una comunidad de más de 100 personas afiliadas, quienes poseen una billetera social, cuyo saldo es el resultado de los trueque realizados.
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Comunidad
Este proceso tiene aportes importantes para la comunidad, porque les ha permitido conocer la transformación de paradigmas de consumo y producción; las dinámicas de economía circular y colaborativa.
Como también el acceso a bienes y servicios sin dinero, todas enfocadas a repensar la relación con el dinero y la acumulación.
Para Ángela ha sido muy satisfactorio generar estos espacios, pues ya han logrado articular “la academia, las instituciones públicas y privadas y la sociedad civil en un solo escenario, con más de 30 emprendimientos aliados que han incluido en sus procesos productivos principios de economía circular”.
Por su parte, Pamela Lasso ha dicho que “la gente se vincula totalmente a estas prácticas, es una práctica ancestral que nos conecta a todos y a todas, responde a la gente, se sorprenden de que pueden llevar todo lo que necesitan sin dinero».
Es una transacción sin dinero y el dar como nos gustaría recibir”.