Este desgastado mueble era donde todas las noches descansaba la víctima. Solamente unas tejas de zinc lo protegían de la lluvia. /FOTOS: ANDRÉS FELIPE OSORIO GARCÍA Y CORTESÍA
Una veladora encendida, un vaso con agua y la novena por los fieles difuntos eran los elementos que permanecían la mañana del sábado, en una silla ubicada al lado del mueble donde dormía Diego Alejandro Aguirre Pérez, un hombre que vivía desde hace un año en las calles, luego de la muerte de su madre.
El crimen de este hombre de 32 años sucedió el pasado viernes, 6 de octubre, en el barrio Florencia, noroccidente de Medellín. Ese día Diego Alejandro se encontraba descansando en su cama, un viejo mueble averiado, ubicado debajo de unas tejas de zinc onduladas, instaladas a un lado de unos lavaderos de carros situados sobre la carrera 74 con la calle 106C.
Antecedente: A Diego lo encontraron muerto sobre un mueble en un lavadero de carros del barrio Florencia
En horas de la madrugada 2 delincuentes, al parecer en motocicleta, llegaron hasta el lugar donde estaba el Divino, como era cariñosamente conocido Aguirre Pérez. Uno de ellos se acercó y aprovechando que se encontraba indefenso, le disparó.
Horas más tarde, cuando apenas estaba iniciando la mañana, una amiga de toda la vida de la víctima, llegó a los lavaderos, pero observó que el espacio donde dormía habitualmente Diego se encontraba acordonado por la policía. Angustiada se acercó de a poco, lo vio sin vida y entró en llanto.
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16 homicidios ajustó este 2023 la comuna Castilla.
¿Por qué mataron a Diego Alejandro Aguirre Pérez?
De momento, las autoridades no manejan una hipótesis sobre el asesinato, al igual que los conocidos de la víctima, quienes quedaron sorprendidos por su muerte, puesto que, según ellos, era un hombre que no se metía con nadie.
Es más, en la zona lo reconocían por ser muy comedido con los demás, además de ser una persona que no era violenta con nadie, trabajadora y muy honesta, tanto así que algunas personas lo buscaban para que fuera a sucursales bancarias a consignar dinero.
Igualmente se rebuscaba su sustento barriendo la cuadra donde funciona el lavadero o haciendo mandados, aunque en varias oportunidades comía los alimentos que le suministraba su familia cuando pasaba a visitarlo.