¿En búsqueda de la nacionalidad portuguesa o española? Bajo estas dos leyes podrá tenerla
Si está en la búsqueda de la nacionalidad española o portuguesa, existen dos leyes que le facilitará el proceso. Vea cómo:
Tanto para España como para Portugal existen dos leyes que podrán beneficiar a los interesados en adquirir la nacionalidad de estos países.
Mediante las leyes Sefardí y Memoria Democrática las personas podrán tener doble nacionalidad y recibir los beneficios de ser acogido por dichas nacionalidades.
La ley Sefardí busca la reparación histórica de las comunidades judías que fueron injustamente perseguidas o expulsadas de la península ibérica.
Por lo anterior, quienes demuestren su ascendencia sefardita podrían tener la nacionalidad española o portuguesa.
En tanto la Ley de Memoria Democrática solo es presentar documentación que relacione su vinculación con un miembro familiar nacido en España.
Ley de Memoria Democrática
Para demostrar el vínculo familiar con una persona nacida en España es posible exponer certificados de nacimiento, matrimonio y otros documentos relevantes que prueben la relación de parentesco como hijo, nieto o, en casos especiales, bisnieto de un español nacido en España.
En el caso de demostrar este vínculo sanguíneo, debe enviar los nombres de los padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos y ellos, como genealogistas certificados, estudian los ancestros para ver si tiene alguna conexión.
Sin embargo, para acogerse a esta ley deben hacerlo antes de octubre de 2024 porque es hasta esa fecha que estará vigente la posibilidad
Ley Sefardí
Para demostrar la descendencia sefardita, además de certificados de nacimiento, árbol genealógico y demás también es necesario exponer su relación con Portugal.
Las autoridades de este país requieren consultar la frecuencia con la que se visita este país de la Peninsula Iberica que limita con España.
La constancia de que sí tiene un estrecho vínculo con Portugal puede demostrarse con títulos de bienes inmuebles o viajes constantes a la nación.
Si es concedida la nacionalidad, tiene la posibilidad de vivir y trabajar en cualquiera de los 27 países de la Unión Europea.
También tiene acceso a derechos europeos, es decir, participación en la vida política, junto con pensión y seguridad social, entre otros beneficios.