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Los pesebres y las novenas navideñas en barrios de Cali son una tradición de cada año, en su mayoría son los vecinos quienes reúnen esfuerzos para llevar alegría a sus comunidades, y después de dos años de crisis que apagó hasta el ambiente decembrino, este 2022, volvieron las novenas, luces y regalos.
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Esta es una de las tradiciones más antiguas y realizadas por los colombianos, por lo que las dinámicas sociales en torno al nacimiento del Niño Dios se mantienen.
Y Cali es una de las ciudades que cada año prepara las novenas, las maracas, los villancicos y cada noche desde el 16 de diciembre se da cita para honrar la llegada del niño Dios.
Las casetas comunales, las zonas verdes, los antejardines, las iglesias entre otros son los escenarios perfectos para que grandes y chicos eleven sus peticiones al Niño Dios.
Los materiales con los que se arma el pesebre también varía y migra hacia los que son amigables con el medio ambiente.
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Incluso entidades como la CVC incentivan la tradición con un concurso que premia al mejor pesebre ecológico cada año.
En la Junta de Acción Comunal del Barrio Ciudad Córdoba, quienes en conjunto con la Policía y otras entidades reúnen a 250 niños.
«Aquí tratamos de hacer una sana convivencia, rescatar los valores que se han perdido en este niñez», afirma Katherine Gómez, presidenta de la JAC.
Pesebre humano
Otro caso es del «pesebre humano» del barrio Yira Castro, donde cada noche entre el 16 y 24 de diciembre, padres e hijos se dan cita para representar el nacimiento.
Siendo los mismos niños quienes personificados hacen las lecturas y algo muy especial es que cada año nace un bebé para representar el niño Dios.
«Desde hace 12 años que venimos haciendo la novena, cada año nace un bebé de algún vecino y nos ayuda siendo el niño Dios recién nacido», afirma Luz Mary González.
Este año se pudieron ver diferentes pesebres en Cali, por ejemplo, el móvil de la Policía Nacional que recorrió diferentes comunas de la ciudad.
Pesebres ecológicos como el de la empresa Coomeva que además hace un homenaje a las labores del campo vallecaucano con sus figuras mecanizadas.
Y así diferentes construcciones le hacen homenaje a la tradición de las novenas y pesebres cada año en la capital del Valle del Cauca.
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