Puro puro yo te conjuro, una comedia quindiana en temporada de estreno
Por Libaniel Marulanda
Conjuro de la desmemoria
Mi pueblo que no es ciudad aunque se ufane de serlo
quedó anclado en el pasado como se quedan los pueblos
como se quedan los barcos que le dan la proa al viento
y cuando fue grato ese ayer y el mañana causa miedo
Sin embargo en la memoria de candidez provinciana
ya se borraron las muertes y la cosecha abonada
Con el correr de la sangre en estúpidas batallas
el pueblo ponía sus muertos y los de arriba ordenaban
La gente acudía a la iglesia al aséptico ritual
de sermón rezo y limosna y su historia poder castrar
La comedia quindiana que lleva el sugestivo título de la invocación que realizan las adivinas de nuestro entorno, al igual que sus colegas de otros países vecinos, tiene sobre sus hombros otra historia:
Al principio fue un soliloquio escrito por sugerencia de la actriz y cantante, Jimena Díaz, conocida por su actuación en el musidrama El Boliche de Malena, una película quindiana hecha sin plata ni apoyos y la cual derivó en un espectáculo con el mismo nombre.
Malena Díaz, entonces, tuvo que hacerle frente a la disyuntiva de seguir el día a día incierto de actores y actrices regionales o, por el contrario, tratar de saltar el cerco doméstico y emprender el otro camino, también sembrado de incertidumbre, pero con oportunidades reales. Por eso se fue de Armenia, a buscar en Europa la realización de su ser como artista.
Y entonces, el papel para Malena Díaz pareció ser solo eso: un papel para una actriz ausente. Y ante esa verdad apenas cabía un resignado encogerse de hombros.
Cuando le conté a Diego Ricardo López todo el rollo de la inminente partida de nuestra actriz y cantante, tras una meditada pausa concluyó con el ábrete sésamo de una contrapropuesta:
“Es que yo soy un actor, no lo olvides”
Aquel soliloquio o Monólogo de Genoveva, adquirió la categoría de reto actoral cuando Diego Ricardo López me lanzó el guante: “Yo puedo hacer ese papel”
El paso siguiente resultó ser la conversión de ese Monólogo de Genoveva en una pieza teatral, en la cual los personajes aludidos en su primera versión tomaron una identidad y características corporales, de tal modo que en pocos días nacieron para su dramaturgia cuatro personajes, además de Genoveva. Y con la nacencia de tales personajes, la creación musical se hizo indispensable para darle una oportuna e hilarante entrada a escena de cada uno de ellos.
Aquí en este punto del escrito, se impone un alto para contarle al lector quién es Diego Ricardo López, el actor de Puro puro yo te conjuro:
Nació en Ibagué en 1982 y de sus cuarenta años cumplidos, veintidós han transcurrido en el Quindío dedicados a los sudores y emociones que depara el ingrato arte del teatro. Es tan voluminoso su expediente de asuntos dramáticos que resulta más fácil hacer una mención a partir de sus excepciones actorales: ¿Dónde y en cuál obra no ha actuado?
En esta ocasión, que ocupa nuestro comentario, Diego Ricardo ha ganado por segunda vez y con el máximo puntaje (100 sobre 100) la beca de creación teatral que otorga la Secretaría departamental de cultura del Quindío.
Su carácter reposado, al margen de los aspavientos, desmesuras y poses que suelen acompañar a muchos artistas y actores, lo ha conducido a que personajes como Luz Marina Botero Mejía, nuestro máximo orgullo de las tablas, hayan ejercido un madrinazgo con este larguirucho comediante que a partir del jueves 3 de noviembre se enfrenta al durísimo desafío de interpretar cinco personajes diversos. Helos aquí:
Gerardo Quintero, el tendero
Gertrudis, la pitonisa