Miguel Ángel Rojas Arias
No cabe duda de que 20 años antes de la fundación de Armenia existían importantes grupos humanos asentados en estos bosques, provenientes en su mayoría de los estados soberanos de Cauca y Antioquia, que habían sido creados en 1863 por la Constitución de Rionegro.
En la celebración del cincuentenario de la fundación de Armenia, 1939, se hicieron varias publicaciones en periódicos locales, regionales y nacionales, pero también revistas independientes que dedicaron toda su edición a la ciudad. Un ejemplo claro es la revista Descentralización: por los municipios de Colombia, una publicación de carácter privado editada en Manizales, la capital del departamento de Caldas, unidad administrativa a la que en ese entonces pertenecía Armenia.
En esta publicación, que dedica 50 páginas para hablar de Armenia en su cincuentenario, hay una referencia clara a la existencia del conglomerado humano asentado en este sitio, 20 años o más, antes de la fundación el 14 de octubre de 1889. Dice el texto: “En el año de 1870 los señores Juan José Marín, Rafael y Tobías (hijos de aquel), Antonio Valencia, Servando Castaño, Manuel Cardona, Gabino Arango y Antonio Herrera se trasladaron a la entonces selva virgen del Quindío” (Descentralización, 1939).
La Casa Consistorial, que luego fue Alcaldía
Lo que el autor del texto llama aquí selva virgen del Quindío viene a ser, muy seguramente, los terrenos de Armenia, pues por lo menos seis de los nombrados (Antonio Valencia, Servando Castaño, Manuel Cardona, Gabino Arango y Antonio Herrera) aparecen en la adjudicación de solares que hizo en 1889 la Junta Pobladora, en cabeza de los comisionados para esta tarea Juan de Jesús Arias y Joaquín Buitrago. (Libro Adjudicación de Solares, 1889).
No es esta la única mención de la existencia del conglomerado de Armenia 20 años antes de su fundación. Como quedó dicho antes, en un memorial enviado por los colonos de Calarcá al ministro de Hacienda en 1888, y encabezado por el fundador de esa población Ramón María Valencia, donde solicitan la concesión especial de tierras, y expresan los temores sobre los rumores de que esas tierras que han conquistado y que presumen baldías, sean de una compañía de Manizales, se habla de los asentamientos de Armenia y El Espejo, ubicados en la margen occidental del río Quindío, que tienen, la primera, cerca de 450 habitantes y que están en ese lugar hace por lo menos 20 años. (ACMC, 1886)
Otra mención que potencializa esta hipótesis fue dada en 1910 por uno de los fundadores, el señor Jesús María Suárez, en su libro sobre la fundación de Armenia (Suárez, 1910). Los hermanos Suárez, Jesús María y Alejandro, cuenta el primero, salieron de Salento en 1885, tras las dificultades vividas por la guerra civil de ese año, e incursionaron en la selva, hasta llegar a un punto conocido como Armenia. “…continuamos nuestra marcha hasta llegar al punto denominado Armenia (antigua) donde nos encontramos con el señor Jesús María Ocampo (alias Tigrero) …” (Suárez, 1910).
Facsimil del acta de otorgamiento de un lote a Jesús María Ocampo Toro ‘Tigrero’.
Más adelante, dice el mismo autor: “Al transcurso de algunos meses, por nuevas invitaciones nos hallamos con Ocampo en la antigua Armenia (finca titulada con este nombre) y después de haber inspeccionado bastante para abajo, sacamos en consecuencia que, aunque sí había localidades muy buenas para poblar no eran convenientes por lo muy cálido de su clima, resolvimos poblar en el punto donde está hoy Armenia…” (Suárez, 1910).
La última referencia de la existencia del conglomerado con el nombre de Armenia antes de su fundación, nos la trae el periodista y presidente del Concejo Municipal de Armenia en 1923 Valentín Macías, en el homenaje que le ofrecen al primer colono de este sitio, don Antonio Herrera, así como a los fundadores Jesús María y Alejandro Suárez.
““Con un pie sobre el campo de los vivos y otro sobre el camposanto, don Antonio Herrera ha llegado al ocaso de su jornada y su cabeza blanca como la nieve de los picachos del Quindío corona su frente. El soplo helado de algo más de un siglo ha nevado su cabeza, pero la lucidez de su cerebro aún perdura. Todavía, señores, no se ha hecho la noche en su conciencia.
Ciento tres años ha escalado este patriarca y ellos pueden contarse por lo méritos ganados en las duras faenas del trabajo. Está pobre habiendo sido propietario de gran parte de estas tierras y de él sí que puede decirse que no tiene una piedra en donde descansar la frente abatida por los años…” (Archivo Historial, 1923).
Don Antonio llegó al Quindío con su hija Eudoxia y la señora María Giraldo, cuando este frisaba los 50 años, y fundaron la finca Armenia. Si el homenaje a Antonio Herrera fue en 1923, cuando cumplía 103 años de vida, y su llegada se produjo cuando tenía cerca de 50 años, significa que esa finca que fundaron con el nombre de Armenia tuvo su sello a finales de la década del sesenta del siglo XIX, 20 años antes de la fundación.
Los libros
Casi todos los autores antes mencionados que escribieron sobre la fundación de Armenia (Suárez,1910; Macías, 1918; Valencia, 1963, etc.) mencionan los libros creados en el momento de la fundación, indicando que son tres: Libro de Actas; Libro de Avecindación; y Libro de Adjudicación de Solares. Estos libros son un tesoro para la historia de la ciudad, porque contienen los detalles de las primeras acciones relacionadas con la creación del pueblo. Sin embargo, no cuentas las historias ni los relatos de los detalles, y se limitan solo a registrar datos.
El Libro de Actas. Se ha dicho que se perdió en el asalto a Armenia el 10 de abril de 1902 por parte del comando liberal dirigido por el coronel Miguel Antonio Echavarría, en la Guerra de los Mil Días (Valencia, 1963); otros aseguran que fue robado en los disturbios del 9 de abril de 1948 (tras la muerte de Jorge Eliécer Gaitán) en el asalto que la turba hizo al concejo de Armenia, pero rescatado por un ciudadano. (López, 2009). Todo indica que las dos versiones carecen de veracidad.
Este Libro de Actas existe, y yace actualmente en una urna de la Sociedad de Mejoras Públicas de Armenia, entregado en el año 2009 por el señor Gonzalo López, indicando que su padre lo había rescatado del asalto y saqueo del 9 de abril de 1948 al concejo de Armenia. En ninguno de los libros y testimonios de los hechos del 9 de abril de 1948 en Armenia (Ortiz, 1985), (Rojas, 2014), se da cuenta del asalto al concejo municipal. El libro llegó a la casa de López por otros medios, no revelados aún. Esta versión desmiente la pérdida de ese archivo en el asalto de Echavarría a la Casa Consistorial, después alcaldía de Armenia, en 1902.
El Libro de Actas contiene todas las actas de la junta pobladora, menos la del 14 de octubre de 1889 que registra la fundación como tal, ni la del reglamento adoptado en acta del día siguiente, el 15 de octubre de 1889. El Libro de Actas contiene el acta firmada el 30 de diciembre de ese mismo año de 1889, donde se retoma el asunto del reglamento de la junta que había sido debatido en un acta del 15 de octubre de ese año. (Armenia, Libro de Actas 1889).
Portada del libro de la Actas de Fundación de Armenia 1889.
Lo que queda claro en el acta del 30 de diciembre es la ratificación del nombre de Armenia para la población recién fundada, que según Jesús María Suárez (Suárez, 1910) se había querido cambiar por el de Villa Holguín, por sugerencia del señor Vicente Henao (presbítero). El nombre adoptado es el de Armenia, según reza en el acta mencionada: “Que habiendo los señores Jesús María Ocampo, Jesús y Alejandro Suárez cedido el terreno del área de esta población por la misma suma que ellos lo compraron para que se lleve a afecto la fundación y adelanto de este pueblo, que de hoy para adelante figurará en la nomenclatura de los puestos de este departamento con el nombre de Armenia” (Armenia, Libro de Actas de 1889).
Aquí hay un debate que debe quedar zanjado, y que no había sido posible dilucidar por falta del Acta 1 del 14 de octubre, ni del Acta 2 del 15 de ese mismo mes de 1889. Ha crecido la versión de que el nombre que se le dio inicialmente al pueblo fue de Villa Holguín, pero fue cambiado por el de Armenia en el Acta del 30 de diciembre de esa misma calenda. Hay un documento que desmiente esa versión, el Libro de Adjudicación de Solares. La primera adjudicación se hace un día después de la fundación, el 15 de octubre, y ella empieza con el nombre que fue adoptado para la ciudad: “En Armenia, a quince de octubre de mil ochocientos ochenta y nueve…”. En este texto aparecen 319 adjudicaciones y todas inician igual, lo que confirma que el nombre adoptado desde el primer día ha sido el de Armenia y lo que hizo el acta del 30 de diciembre fue confirmarlo.
El Libro de Avecindación. Este libro fue donde, se supone, todos los vecinos anotaron sus nombres, con los de los hijos y otros datos requeridos, incluyendo la dirección del lote que les correspondió. Este parece ser el documento perdido, porque no aparece en el libro rescatado y ubicado en la Sociedad de Mejoras Públicas ni en otro archivo conocido en el Quindío.
El Libro de Adjudicación de lotes. Este libro está en el mismo empastado del Libro de Actas. La primera anotación de adjudicación de un lote es para el fundador Jesús María Ocampo Toro. Dice en uno de sus apartes: “En Armenia, a quince de octubre de mil ochocientos ochenta y nueve, nosotros Juan de Jesús Arias y Joaquín Buitrago, nombrados por la Junta Pobladora, comisionados para entregar y adjudicar solares en esta nueva población procedimos a hacer la que corresponde al señor Jesús María Ocampo en la esquina de la plaza al norte y demarcada por los siguientes linderos…”
El número total de adjudicaciones alcanzó los 319 lotes, y se extendieron hasta el año 1896, cambiando en varias ocasiones los comisionados por la Junta Pobladora para tal efecto. El último lote que aparece en el libro fue entregado a través de la Inspección de Policía, por orden de la Junta, en el barrio El Tejar, el día 10 de enero de 1896, al señor Ramiro Grisales. (Libro de Adjudicación de Lotes, 1889)
En el documento denominado Armenia, libro de Actas 1889 que reposa en la urna de la Sociedad de Mejoras Públicas de Armenia, aparecen, también dos documentos valiosos. Las escrituras públicas número 87 y 88, del 14 de mayo de 1891, donde se protocoliza el acto de la venta de los lotes donde se construyó la ciudad, por una parte, y se enajenan, gratuitamente, es decir, se donan esos mismos lotes por parte de los compradores, a los vecinos que llegaron a poblar esta zona, denominada desde entonces Armenia. Este tema hace parte de nuestra tercera entrega, mañana 16 de octubre.
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Archivos consultados
ACMC. Archivo del Concejo Municipal de Calarcá. Libro de escrituras, 1886
ARCHIVO Historial de Manizales. Número 36, página 384. Manizales, noviembre de 1923.
ARCHIVO Sociedad de Mejoras Públicas de Armenia —SMP—. Armenia, Libro de Actas 1889. Este documento reposa en la SMP desde el año 2009.
ARCHIVO Sociedad de Mejoras Públicas de Armenia —SMP—. Libro de Adjudicación de Lotes, 1889.
Libros consultados
LÓPEZ, Gonzalo. Armenia Quindío siglo XXI. Editorial Papiro, 2009.
MACÍAS, Valentín. Memorias que se relacionan con la fundación de Armenia y sus progresos. Editorial Quindío, 1918.
ORTIZ, S., Carlos Miguel. Estado y subversión en Colombia, la violencia en el Quindío años 50. Fondo Editorial CEREC. Bogotá, 1985
ROJAS, A., Miguel Ángel. El 9 de abril en Armenia. La Crónica del Quindío, 2014.
SUÁREZ, Jesús María. La Fundación de Armenia y su origen. Editorial Quindío, 1910.
TOVAR, C. Miguel y VILLA, V. Gerardo. Descentralización: por los municipios de Colombia. Revista 7. Manizales, diciembre de 1939.
VALENCIA, Alfonso. Quindío histórico. 1963. Imprenta Departamental de Caldas.
(Lea mañana en EL QUINDIANO La Nueva Historia de Armenia (Parte III)