Javier Gironza sufrió un accidente de tránsito en moto y no pudo volver a caminar, por eso creó su propia silla de ruedas Bipedestadora, en su taller artesanal en Rozo, un elemento de estos puede costar varios millones, hoy Gironza ofrece una alternativa mucho más económica.
Noticias Valle.
Ante la necesidad de moverse más comodamente, Javier Gironza creó su propia silla de ruedas Bipedestadora, pues perdió su movilidad tras caer 15 metros a un precipicio en un accidente de tránsito en Cerrito, Valle.
Un accidente que le cambió la vida
Por este episodio, Javier tuvo varias lesiones en su cuerpo, con secuelas le quedaron para toda la vida.
Una fractura en su columna vertebral que lo dejó con más 26 tornillos, varias varillas como base y lesiones de por vida, es la más grave.
A causa de ese accidente, perdió la movilidad en sus piernas por lo quedebe valerse de una silla de ruedas para moverse y llevar una vida normal.
Sin embargo, no pierde la esperanza de volver a caminar, según él: «Yo espero volver a caminar, confío en que Dios me va a ayudar», afirma mientras suspira.
También menciona que debido al accidente, encontró su propósito de vida, ahora sabe a qué vino a este mundo.
Piensa que el don y el talento que tiene en sus manos debe compartirlo con otras personas que también han pasado por problemas de salud.
«La silla de ruedas no debe ser un impedimento para continuar con la vida», hay que salir adelante, narra.
Es por esto que,ha trabajado en varios proyectos para ayudar a quienes necesitan movilizarse en silla de ruedas y ha creado una silla especial.
Beneficios de la silla de ruedas Bipedestadora
La silla de ruedas Bipedestadora, permite a quien la usa ponerse de pie en cuestión de minutos, beneficiando la pelvis y la columna, dándole una posición que permite liberar la presión intra-abdominal, con un movimiento más natural del diafragma.
Con esto, aumenta la capacidad pulmonar, la digestión, el sistema urinario, la salud ósea, el tono muscular, y la preservación del rango de movimiento en las articulaciones.
Otro beneficio, según la tienda especializada LOH Medical de Colombia, es para la distribución de la presión sanguínea.
Javier por su parte, manifiesta que el efecto positivo de su silla en el autoestima es lo más importante para él, y para quienes la han probado.
Su silla de ruedas tiene un costo apróximado de entre 3 y 4 millones de pesos, un valor que es muy por debajo del promedio en el mercado, según indica Javier.
Pues una silla de ruedas Bipedestadora, puede costar entre 9 y 25 millones, dependiendo de la marca y las características.
Lo que Javier Gironza quiere lograr desde su taller artesanal en Rozo Valle, es que todas las personas que están en condición de silla de ruedas tengan la posibilidad de tener una Bipedestadora, que les permita a pesar de sus limitaciones económicas tener los beneficios, es por esto que tiene otra opción.
Según cuenta Javier, el puede modificar una silla de ruedas convencional en una silla de ruedas Bipedestadora, «reutilizando algunas partes para que salga más económica».
Y así ofrecer a toda la población con limitaciones de movilidad una oportunidad para mejorar su calidad de vida a muy bajo costo.
En redes sociales.
«Es un genio», comentan usuarios al escuchar la historia de Javier Gironza, un hombre que encontró su propósito de vida, tras un accidente de tránsito.
Pues a parte de su prototipo de Silla de ruedas Bipedestadora, también hace artesanías y Bici-Choppers, bicicletas personalizadas que han llegado a todo el mundo.
Javier agradece a su amigo Duvan quien lo ha motivado desde el inició para continuar con sus proyectos.
Antes del accidente de Javier, él llevaba una vida norma, en Rozo Valle del Cauca, trabajaba de manera independiente y vivía con su familia.
Por su parte, Duvan es un hombre aficionado a las Bici Choppers, hincha del Deportivo Cali y siempre ha tenido negocio de venta de mercancía, ropa, zapatos, etc.
Se conocieron en el local de Duvan cuando Javier le pidió fiado el valor de $300.000 mil pesos en ropa.
Poco después ocurrió el accidente en el que Javier perdió la movilidad de sus piernas, él cuenta que una noche, salió con unos amigos hacia Cerrito en el Valle del Cauca.
«El destino me quería avisar, pero yo no escuché», dice Javier. Todo estaba fallando, las luces de su moto, sus familiares ya no querían ir al lugar y otros inconvenientes.
Sin embargo, Javier vistiendo la ropa que Duvan le había entregado, se fue para Cerrito en la moto de su amigo, en el camino, cayeron a un precipicio de aproximadamente 15 metros, de ahí en adelante Javier estuvo inconsciente durante varios días y tuvo que someterse a varias cirugías.
«Estoy vivo de milagro», afirma. Los médicos le dijeron que no volvería a caminar y que necesitaba tranquilizarme para poder sobrevivir.
Vieja deuda, nueva amistad…
Pasaron 3 años hasta que Javier pudo llegar al local de Duvan y ofrecerle disculpas por no haberle pagado la ropa que le debía.
«Yo ya ni me acordaba de eso», dice Duvan entre risas, cuando Javier llegó al local de Duvan y le contó todo lo que le había ocurrido, nació una gran amistad.
Él en vez de cobrarle lo que le debía, «me regaló $20.000 pesos» para que se devolviera a su casa.
Y de ahí en adelante han sido un gran apoyo ambos, Javier le ha realizado varias Bici – Choopers que hoy exhibe en su local con mucho orgullo diciendo, Rozo Presente.
Estas son historias de periodismo ciudadano de al medio TuBarco apoyadas por Compromiso Valle.
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