Es un espacio único no solo por su extraordinaria riqueza natural, sino también por su importancia para la región en términos ambientales y bioculturales.
Noticias Colombia.
Ubicado entre los departamentos de Risaralda, Valle del Cauca y Chocó, el Parque Nacional Natural Tatamá es una de las áreas protegidas más importantes del país.
Con una extensión de 43.036 hectáreas, este parque abarca desde los 1.165 metros hasta los 4.250 metros sobre el nivel del mar, llegando hasta la cima del cerro Tatamá, en la cordillera occidental de Colombia.
Es un espacio único no solo por su extraordinaria riqueza natural, sino también por su importancia para la región en términos ambientales y bioculturales.
El parque es hogar de tres tipos de orobiomas, incluyendo el páramo andino y subandino, lo que lo convierte en un territorio con características ambientales excepcionales.
Dicha área es esencial para la conservación de aves, siendo un refugio para diversas especies endémicas y migratorias. De hecho, su éxito en la gestión de la conservación ha sido reconocido con la distinción del estándar de Lista Verde de la UICN, un honor que solo poseen las áreas protegidas que cumplen con los más altos estándares de manejo.
Además de su biodiversidad, Tatamá provee bienes y servicios ambientales cruciales para la región, como la regulación hídrica y la captura de carbono, lo que refuerza su papel en la lucha contra el cambio climático y la protección de ecosistemas clave.
El Parque Nacional Natural Tatamá es un lugar majestuoso, pero también requiere precauciones. Debido a su variabilidad climática, se recomienda a los visitantes planificar su viaje con base en las temporadas de lluvia, que van de abril a junio y de octubre a diciembre.
Durante estos periodos, existe un riesgo mayor de crecientes súbitas y deslizamientos, por lo que es fundamental estar atentos a las alertas meteorológicas y seguir las recomendaciones de los guías locales.
Asimismo, la zona es hogar de serpientes venenosas, lo que resalta la importancia de portar equipo adecuado para la protección contra accidentes ofídicos y de desplazarse con cuidado en senderos y áreas naturales. Se sugiere además llevar siempre un botiquín de primeros auxilios y ropa adecuada para el frío y la humedad.
Recomendaciones de seguridad y prevención de riesgo
Se deben tener en cuenta las condiciones y variabilidad climáticas (temporada de lluvias, de abril a junio y de octubre a diciembre) debido al riesgo de crecientes súbitas y remociones en masa. Además, en la zona hay presencia de serpientes venenosas, por lo cual es importante contar con protección contra accidentes ofídicos y ser precavidos en los desplazamientos e interacciones en el medio natural.
Para desarrollar actividades ecoturísticas al interior del área protegida, se debe contar con ropa adecuada para actividades de montaña, preferiblemente ropa de primera capa térmica impermeable y/o rompevientos, gafas con filtro UV, calzado de buen agarre y suela gruesa. Los visitantes siempre deberán:
Estar acompañados de un Intérprete del patrimonio o guía certificado y avalado por el Parque, y seguir todas sus indicaciones.
Permanecer en los caminos y senderos en todo momento.
Guardar silencio y disfrutar del sonido de la naturaleza.
Respetar la señalización de senderos.
No alterar o intervenir los avisos, vallas, señalización o letreros de comunicación existentes en el Área.
Observar la vida silvestre a distancia y nunca alimentar animales.
No dejar ningún tipo de basuras (incluyendo orgánicas).
Las necesidades fisiológicas se deben hacer en los baños destinados para tal fin.
Para los ciclistas se deberá contar con:
Bicicleta de montaña, guantes, apliques reflectivos o luces de seguridad en el vestido o en la bicicleta, casco, kit de herramientas para emergencia (como mínimo elementos para despinchar, llaves básicas), kit de trauma (uno por cada cinco ciclistas), camelback o morral pequeño donde se pueda llevar hidratación y alimentación de carretera, gafas con especificaciones UV.
Los grupos deben ir acompañados por personal del Parque y mínimo un vehículo acompañante 4×4 para 16 ciclistas y dos vehículos para 32 ciclistas.
Respetar y acatar las normas e indicaciones de los guías o intérpretes del Área Protegida.
Las bicicletas deben tener luces delanteras y traseras.
El páramo no está abierto a ningún tipo público, teniendo como referencia que es un Santuario de Conservación con características especiales, sin alteración humana y es vital para la biodiversidad.
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