Pasto y Nariño enfrentan un problema crítico en el mercado laboral: la persistencia de empleos mal remunerados que no permiten cubrir las necesidades básicas de los trabajadores.
Pasto y Nariño enfrentan un problema crítico en el mercado laboral: la persistencia de empleos mal remunerados que no permiten cubrir las necesidades básicas de los trabajadores. A pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones económicas, muchos sectores siguen ofreciendo salarios mínimos o incluso por debajo de este estándar, especialmente en empleos informales y rurales.
Los empleos con los salarios más bajos en Nariño
Trabajadores agrícolas
Nariño, conocido por su producción de papa, café y otros productos agrícolas, tiene a miles de campesinos que trabajan largas jornadas por ingresos que, en promedio, no superan los $30.000 diarios. La falta de regulación y apoyo estatal perpetúa esta situación.Empleados de servicio doméstico
Muchas trabajadoras domésticas en Pasto y otras zonas de Nariño reciben menos del salario mínimo legal, trabajando sin contratos formales ni acceso a seguridad social.Vendedores informales
En las calles de Pasto, los vendedores ambulantes luchan por sobrevivir con ingresos diarios de entre $20.000 y $40.000, dependiendo de las ventas. La inestabilidad económica y la falta de regulación agravan su situación.Repartidores y mensajeros
Con la creciente demanda de servicios de entrega, estos trabajadores suelen recibir pagos por pedido que no alcanzan para un sustento digno. Además, muchos deben asumir costos como gasolina o mantenimiento de sus vehículos.Obreros de construcción informal
Aunque el sector de la construcción puede ofrecer buenos ingresos en proyectos formales, muchos obreros en Nariño trabajan sin contrato, ganando salarios bajos y enfrentando condiciones laborales precarias.
Factores que perpetúan los bajos salarios
Altos índices de informalidad: Según el DANE, más del 60 % de los empleos en Nariño son informales, lo que significa que no tienen prestaciones sociales ni garantías legales.Falta de oportunidades: Las opciones de empleo formal son limitadas, obligando a muchos a aceptar trabajos mal remunerados.Débil inversión en la región: La falta de proyectos de desarrollo y apoyo al emprendimiento impacta directamente la creación de empleos bien remunerados.
Historias de lucha detrás de los números
Ana Lucía Benavides, campesina de 45 años en un corregimiento de Nariño, comparte su experiencia: “Trabajo desde las 4 de la mañana hasta el anochecer, sembrando y cosechando. Al final del día, lo que gano apenas alcanza para la comida.”
Por otro lado, Camilo Andrade, un repartidor en Pasto, señala: “Hago hasta 15 entregas al día, pero al pagar la gasolina y el mantenimiento de mi moto, lo que me queda no es suficiente para vivir.”
¿Qué se puede hacer para cambiar esta realidad?
Fomentar la formalización laboral:
Incentivar a las empresas para que ofrezcan contratos legales y salarios dignos.Invertir en el sector agrícola:
Apoyar a los campesinos con subsidios y precios justos para sus productos, mejorando sus ingresos.Capacitación y educación técnica:
Ofrecer programas gratuitos para que los trabajadores puedan acceder a empleos mejor remunerados en sectores como tecnología o industria.Fortalecer la economía local:
Promover proyectos de inversión y emprendimientos que generen empleos de calidad en la región.
Un llamado al gobierno y la sociedad
La precariedad laboral en Pasto y Nariño no solo afecta a los trabajadores, sino también a toda la economía de la región. Es fundamental que los gobiernos locales y nacionales implementen políticas efectivas para combatir la informalidad, mejorar los ingresos y garantizar condiciones laborales justas.