Los índices de pobreza incrementados por la pandemia y el paro agudizaron la crisis social y económica de los hogares más vulnerables del municipio de Pasto que a partir de la venta de productos agropecuarios obtienen el sustento para sus seres queridos en los centros de abasto.
“Esos hechos que desmejoran la calidad de vida de las comunidades vulnerables afectan a más de 80 adultos mayores”, manifestó la dirigente comunitaria de la plaza de mercado El Potrerillo, Yolanda Fuenmayor.
Además subrayó que la mayoría de ellos cuyas edades oscilan entre los 60 y 70 años de edad padecen enfermedades crónicas.
Expresó que varios de los adultos mayores padecen serios quebrantos de salud por enfermedades degenerativas en los huesos.
“Si bien es cierto algunos de los abuelitos y abuelitas están vinculados a los servicios de la salud subsidiada, no acceden a los servicios para especialistas y medicamentos que requieren”, manifestó.
De igual manera la dirigente comunitaria subrayó que la mayoría de los adultos mayores carece del apoyo de sus familiares y por eso en sus casas subsisten con las escasas ayudas que les ofrecen sus vecinos y algunos allegados.
“Los pocos recursos económicos que obtienen con la venta de productos agropecuarios no les alcanza para suplir las necesidades básicas del hogar. Muchos de ellos carecen de vivienda y por eso es indispensable que se retomen los proyectos que antes de la pandemia venían desarrollando las autoridades en la plaza de mercado para ayudar a mitigar parte de las necesidades que agobian a la tercera edad”, dijo.
