Líderes del barrio Ojo de Agua de la Comuna Diez, denunciaron que han tenido que vivir con problemáticas como la delincuencia, drogadicción e inclusive crímenes que nadie atiende.
La vocera Alba Cajigas, quien reside en este barrio hace aproximadamente 30 años, relató que en el sector prima la delincuencia, pues los atracos y robos son el pan de cada día mayoritariamente a tempranas horas de la mañana, puesto que hasta la zona se trasladan personas de sitios aledaños para cometer los presuntos actos delictivos.
“Los policías llegan cuando ya ha pasado la pelea o cuando ya hay un muerto y lo que queremos es que estén pendientes porque les hemos escuchado decir para allá no voy. Lo más triste es que cuando solicitamos una ambulancia no llega por ningún lado y los heridos deben ser transportados en taxi. Estas novedades se presentan en la noche, por eso pedimos patrullajes nocturnos de manera urgente”, dijo Cajigas.
Relató que, pese a que les fue puesta una biblioteca pública para contrarrestar las problemáticas sociales a través de actividades lúdicas, esta permanece cerrada desde que comenzó la pandemia.
“De vez en cuando vienen a podar, pero nos dejan tirada la basura y es cuando se hace más evidente la insalubridad, los niños ya no saben dónde distraerse o aprender porque ese era el único lugar con el que contaban, pues para las clases virtuales en sus casas muchos no tienen internet”, puntualizó.
De la misma manera, María Clara Arias, moradora del sector hace 40 años, mencionó que este siempre ha sido el mismo, donde las problemáticas en lugar de disiparse, tienden a crecer, pues a las actividades de delincuencia se suma la poca atención que han tenido los gobernantes para adecuar sus vías, por lo que han tenido que abrir un camino hechizo que atraviesa una montaña para poder tener una vía de acceso.
