Por Luis Oñate Gámez.
Todo fluye, todo cambia, nada permanece, no nos podemos bañar 2 veces en las aguas de un mismo río, eso dicen que profesaba un filósofo griego llamado Heráclito. Y esa es una verdad de apuño, así es la vida y hay que darle aceptación. Si el mundo y todo lo que nos rodea está en movimiento, ¿por qué el arte, que se considera una extensión del hombre, tiene que permanecer quieto?
La música vallenata, como arte, como moldura del ser humano, también se va transformado a medida que el ser va cambiando y va transformando su entorno. No puede ser lo mismo la filosofía natural de nuestros juglares campesinos que la de una persona profesional o universitaria, ahí podemos ver las diferencias entre la canción ganadora de Juan Pablo Marín y la de Julio Romo que quedó de segunda.
El entorno natural no es el mismo, el pensamiento tampoco, entonces parte de esas raíces, que algunos añoramos, se pierden. El reclamo que muchos hacemos es porque la narrativa “raizal” se está perdiendo, las musas y los hechos pueden ser diferentes, pero la manera de contar el cuento debería seguir teniendo ese mismo cauce natural.
Y esto acontece en casi todas las manifestaciones artísticas. Sin ir tan lejos, miremos por un instante lo que ha pasado con la música ranchera, la salsa, el bolero y muchas otras expresiones.
Permanecen las clásicas porque hicieron historia, la mayoría de las nuevas traen otra narrativa y otro cuento, pegan un rato y mañana nadie se acuerda. Dicen algunos críticos que hoy hay mucho apego al facilismo, de ahí que manifiesten que el vallenato se ha “reguetoneado”. Creo que en parte tienen razón.
Aunque se nota que fue creada pensando en el festival, en lo personal, me gustó la canción “Si nace una rosa” de Juan Pablo Marín, unos versos a la forma como surge una inspiración musical. Asimismo, me agradó, sobre manera, “Soy Campesino” del juglar Julio Romo.
Para muchos entendidos, enamorados de lo tradicional como yo, la de Romo debió ser la ganadora por lo que narra y representa para el folclor vallenato, y tal vez le hubiese generado más vitrina al vallenato a nivel nacional e internacional, pero otra cosa pudo haber pensado el jurado o los dueños del festival.
En esto de los concursos, por ser una evaluación subjetiva, al igual que cualquier reinado, no todos podemos estar de acuerdo con el resultado final. Considero muy plausible lo de Julio Romo, de San Basilio Magdalena y muy bueno que la crítica se haya vuelto a ocupar de las canciones inéditas del Festival Vallenato, para muchas cosas el tiempo…
Así es la vida, Colacho…
Este suceso consumió al menos 40 viviendas, dejó 30 con daños, y afectó a cerca… Leer más
El sujeto fue acorralado gracias a un plan candado hecho por la policía. En un… Leer más
Con el objetivo de reforzar y apoyar la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero, el Gobierno… Leer más
Con una velada de gala y entrega de premios, la Secretaría de Educación del Quindío,… Leer más
Como parte de la política pública ‘Capacidad sin Límites’, liderada por la Secretaría de Familia,… Leer más
Para fortalecer la coordinación en temas de monitoreo, prevención y preparación ante una posible erupción… Leer más