La familia del niño presume que pudo haber sido un envenenamiento.
Néstor Romero Valega aún no halla una explicación a lo que le pasó a su sobrino Adolfo José Valega Gutiérrez, de 7 años.
El pequeño falleció el día anterior en la Clínica Adela de Char de Soledad tras presentar síntomas de intoxicación el viernes en la noche cuando su padrastro le dio a él y a su hermano, de 5 años, unas ponys en casa de la mamá, en el barrio Buena Esperanza de Soledad.
«El día viernes los niños se encontraban con la mamá porque habían salido de vacaciones. Este año lo teníamos nosotros, la familia paterna, porque ella se había separado de mi hermano. Habíamos llegado a un convenio con ella que nosotros lo teníamos, inclusive nosotros le conseguimos colegio a los niños. Mi hermana y yo los teníamos y ahora que salieron a vacaciones, como es la mamá, se los entregamos. Nunca pensamos que ella tenía una relación con este sujeto», contó Néstor, quien indicó que en su momento la mamá dijo que ya no tenía nada con el hombre.
A Néstor les parece raro que pasada las 10 de la noche el padrastro les haya dado pony cuando ellos normalmente a esa hora ya estaban dormidos.
«El viernes tipo 10 p.m. Nos parece raro que a esa hora les va a comprar una pony. Enseguida los niños se pusieron mal. Ambos al mismo tiempo. El niño de 7 años convulsionó, se ensució y lo tuvieron que llevar de emergencia», contó Néstor.
Aseguró que ellos viven cerca de la casa donde reside la mamá de los niños y cuando ya se iban a acostar los llamaron a avisarle los que había ocurrido.
A los dos hermanos los llevaron en primera instancia al Hospital La Misericordia de Soledad y de allí remitidos a la Clínica Adela de Char.
«El niño de 7 años incluso al día siguiente empezó a orinar sangre. Eso es muy raro. Nos parece algo extraño que él va salir a comprarle unas ponys. Los medicos dicen que es intoxicación, pero yo trabajé 15 años en un kiosko escolar y cuando una pony está mal provoca una dierrea leve. Nunca tuve un problema con ese tipo de cosas», contó el tío.
Aseguró que al padrastro lo interrogaron las autoridades y posteriormente se fue.
«No sabemos en dónde está ahora», dijo el tío del pequeño.
Néstor solo espera que se haga justicia. Presume que los niños pudieron haber sido envenenados, pero quiere que sea las autoridades las que esclarezcan lo ocurrido.
El CTI recopiló material probatorio y el cuerpo del pequeño fue llevado a Medicina Legal para establecer qué pudo haber originado su muerte.
Por su parte, su hermanito continúa hospitalizado en la clínica y su condición es estable. Con él se encuentra su papá, mientras que el tío está en Medicina realizando los trámites para le entrega del cuerpo del niño muerto.
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