Un saldo de 36 policías y 4 soldados han sido asesinados en lo corrido del año.
Sobre las 9:00 p.m., varios integrantes del gremio de los taxistas llevaron a cabo un homenaje en memoria de los uniformados de la Policía y el Ejército que han sido asesinados en lo corrido del año en varias zonas del país.
“Queremos expresar nuestro cariño y respaldo a estos héroes que han perdido la vida, también enviar un mensaje a los cadetes y futuros integrantes de la Institución para que sigan firmes en su convicción”, señaló uno de los taxistas al iniciar la caravana.
En medio de pitos y música colombiana, cerca de 40 vehículos iniciaron el recorrido desde el CAI de Santa Isabel, en el centro de Bogotá, y tomaron la carrera 30 hacia el sur, para llegar hasta la Escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander en donde se llevó a cabo una Eucaristía.
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“Gracias por unirse a este clamor patrio por nuestra Policía Nacional, especialmente por ayudarnos a orar por nuestros policías vilmente masacrados. Que toda la oración que estamos haciendo llegue al corazón del pueblo, especialmente al de aquellos que eligieron el camino de hacer daño”, indicó el capellán de la Escuela de Cadetes.
Con velas blancas y unas pequeñas banderas del mismo color, los asistentes acompañaron las oraciones que finalizaron con una trompeta fúnebre que retumbó por los andenes de la carrera 30.
“Rechazamos toda esta violencia, queremos que no pasen más estos actos violentos que destruyen familias y acaban con los sueños de estos héroes. Estamos aquí para decirles que no están solos”, manifestó otra de las asistentes.
En medio del acto, los taxistas hicieron una fila y entregaron las banderas blancas a varios cadetes que se encontraban en el lugar, hecho que fue acompañado por un momento de silencio.
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“Queremos agradecerles este lindo gesto. Ustedes también hacen Patria con el servicio que prestan a la ciudadanía, estamos aquí luchando por el sueño de tener un país libre y en paz”, respondió con la voz entrecortada una de las suboficiales que está finalizando su carrera.
Tras la finalización de la Eucaristía, los taxistas hicieron una fila y con pitos y aplausos se marcharon de este lugar que, el 17 de enero de 2019 fue el escenario de un atentado que dejó 23 muertos, 83 heridos y varios desaparecidos.
