Padre que asesinó a su hijo en Melgar ofreció dinero a policías para que lo dejaran ir

El secretario de Gobierno, Iván López, afirmó que la autoridad se negó y de inmediato dio aviso al comandante de la Policía Tolima

Desde el día lunes en horas de la noche las autoridades de Melgar fueron alertadas por el comandante de policía de Bogotá al informar la pérdida de un menor en un hotel de este municipio.

La autoridad llegó al hotel, revisó el historial de las personas que ingresaron y se logró identificar que se encontraba el padre y su hijo. «Con número de habitación fue encontrado el cuerpo del niño y de inmediato inició la persecución del papá, por fortuna y gracias a la colaboración de los ciudadanos y la policía, fueron activados todos los protocolos con plan candado para dar con la captura del sujeto», afirmó Iván López, secretario de gobierno de Melgar.

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Cabe resaltar que, el hombre se encontraba en un sector cercano al municipio de Melgar, debajo de un puente, donde la comunidad minutos antes había informado que estaba un sujeto sospechoso. La policía de carreteras logró constatar que era este sujeto y en ese momento el presunto asesino ofreció una suma de dinero de 50 mil pesos al policía para que lo dejara ir.

«El policía se niega a recibir el dinero, se procede a dar la captura y  ponerlo a disposición del Coronel Néstor Raúl Cepeda comandante de la Policía Tolima», expresó el secretario de gobierno.

Ahora el agresor que acabó con la vida de su hijo se encuentra a disposición de las autoridades. En este caso desde Bogotá realizaron una solicitud para que usen todas las herramientas de última tecnología y ubicaron al hombre.

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El hombre, identificado como Gabriel Enrique González, y padre del menor Gabriel Esteban, fue capturado por las autoridades, quienes lo habrían localizado, según versiones preliminares, en inmediaciones del centro recreacional Piscilago.

Finalmente, la comunidad reitera que el padre del menor envió una foto a la madre del niño diciéndole que ya estaba muerto y que esto había sucedido por asfixia. El macabro mensaje iba con un adicional: “Ahora sí puede ser feliz”.