Se trata de Wilmar Nequirucuma, un joven de 16 años de edad del municipio de Pueblo Rico, Risaralda, quien se ve en una grabación atado a un cepo ubicado en una finca mientras un grupo de nueve indígenas lo golpean con palos y ramas.
El menor, al parecer, sufría una discapacidad cognitiva y tuvo que aguantar más de 100 golpes en la espalda, glúteos y hasta en la cara, mientras lloraba y murmuraba palabras casi incomprensibles.
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Este mismo joven días después al parecer fue hallado sin vida, en circunstancias diferentes a las del video. Según allegados a la víctima, Wilmar habría sido asesinado en zona rural del municipio de Pueblo Rico por un ajuste de cuentas relacionado con unas gallinas.
Las autoridades departamentales aseguraron sobre este caso que apenas inició la investigación para establecer cuándo falleció el menor y por qué motivo.
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