Andrea caminada rumbo a una manifestación que iba a tener lugar en la plaza Bolívar de Armenia, en el marco de las protestas pacíficas por el paro Nacional. Ese era su plan desde temprano y lo haría cuando saliera del trabajo.
Después de esperar un taxi en el barrio Granada, al occidente de la ciudad, e incluso haber pedido un servicio Uber por teléfono y no tener respuesta de ninguno por varios minutos, decidió irse caminando hasta el sitio de encuentro.
La ruta era normal para ella. Del Granada, pasaría cerca del barrio la Divisa por la carrera 23A y cruzando luego la carrera 23 tomaría la calle 21 para llegar directo a su destino.
Iba sola por una zona donde permanecen estacionados muchos camiones y hay varios talleres de mecánica. El sector no le es ajeno pues ya varias veces ha caminado por ahí. Sin percatarse notó durante uno de los tramos de la cuadra una camioneta blanca estacionada.
Al pasar cerca del auto vio como un hombre desde la ventana le dice “flaca, para adónde va”. Ella lo miró y siguió su camino. El hombre se asomó y en un tono altanero y grosero le habló de nuevo: “Flaca le estoy hablando. Que para adónde va”.
Ella entró en pánico y decidió salir caminando más rápido y fue ahí cuando escuchó que el hombre de la camioneta prendió el motor y comenzó a seguirla. Andrea corrió y a unos metros una señora que la conoce de verla pasar por ahí con frecuencia le preguntó qué le pasaba.
-Esa camioneta me está persiguiendo. Dijo Andrea.
-Métase por esa cuadra que es contravía rápido.
La joven le hizo caso, pero la camioneta se fue también en contravía. Ella pese al pánico que tenía corrió más y como último recurso se subió por las escaleras que dan directo de la carrera 23A al barrio La Divisa.
Ya estando sintiéndose segura lloró, tuvo miedo, se sintió en un estado vulnerable pero aun así logró perder de vista a su acosador. Sin saber cómo llegó a su casa. Minutos después y aun con la voz entrecortada, en el audio que compartió a varias personas conocidas por WhatsApp dijo lo siguiente:
“Este mensaje es para ponerlas en alerta. Estar pendientes de todos los carros extraños que veamos. Que por favor no estén solas. Traten de salir acompañadas. Eviten salir muy tarde en la noche.”
Este relato no es producto de la ficción, se basa en un hecho ocurrido esta semana en Armenia del cual tuvimos conocimiento y por eso desde El Quindiano reiteramos el llamado de Andrea a las demás mujeres, como un campanazo de alerta y ponemos en conocimiento a las autoridades de Policía el caso para que igualmente se hagan los debidos controles de vigilancia en los sectores que se necesitan.
