En Noticias Telemedellín revelamos, con autorización de sus padres, la dolorosa carta que escribió una niña de 15 años quien fue víctima de bullying en un prestigioso colegio privado de Medellín, por ser de una región diferente.
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“Esta es mi historia y la verdad dudé mucho en contarla, pero sé que casos como el mío y peores hay miles y es precisamente porque quiero hacerle ver a las víctimas que no están solas”.
Tiene 15 años, se encuentra en el grado 11 y escribió con nostalgia las cicatrices que en ella y su familia dejó el bullying .
La familia vivía en Bogotá y pensando en el bienestar de todos, aceptó una propuesta en Medellín.
La joven se despidió de algunos amigos y de la idea de recibir sus grados junto a ellos, pero en su nuevo colegio todo empezó mal.
“Caí en una falsa amistad en la que confié demasiado y conté cosas de mi vida privada que la persona luego exageró y contó a muchas personas, excusándose en el hecho de que nací en otra ciudad, creyendo que por este motivo ella podía difamar mi nombre a mis espaldas”.
Contó que, en un acto de discriminación, un compañero se negó a construir un trabajo en equipo porque ella no es paisa. Para ella lo más indignante fue la reacción del profesor.
“Después de este acto de irrespeto el profesor simplemente decidió continuar con su clase solo haciendo la aclaración de que el trabajo entonces lo presentara de manera individual, lo cual para mí fue bastante impactante y me hizo creer que me encontraba completamente sola”.
Pasaron los días y ella seguía resistiendo.
“A la gente de tu ciudad si le tengo mucha raya y fastidio, pero a ti te soporto por ser medio inteligente”
Y varios espacios era objeto de burlas.
“Como usted viene de esa ciudad usted es una amargada luego de eso ellos se fueron y me dejaron botada”
Lo que ellos no sabían era el impacto emocional que estaba causando el matoneo…
“Mis compañeros comenzaron a insultarme nuevamente excusándose y justificando sus agresiones en el lugar en el que nací. Para este punto yo ya me sentía emocionalmente rota, vacía y sola. Ya casi no comía, dormía demasiado y ya no me gustaba entrenar porque incluso allí me hacía en un lado y me hacían comentarios hirientes con respecto a mi ciudad de origen”
Y en uno de tantos renglones hizo una dolorosa confesión.
“Yo les aseguro que para mí la pandemia fue esa escapatoria que tuve para dejar de sentirme tan sola y vacía en el colegio”
Ella rompió el silencio y sus padres en medio de la tristeza y la impotencia hicieron lo posible para enviarla a Bogotá. Hoy está unida familia se encuentra separada por un acto de rechazo.
“Les aseguro que cuando me enteré era como si el alma me hubiera vuelto al cuerpo, puedo decir que gracias a este cambio hoy estoy bien y no cometí un acto que no solo me afectaría a mí sino también a mi familia y a mis seres queridos”.
Ella dice que escribió la carta para recordarse que es una joven valiente, aunque el bullying la haya separado físicamente de sus padres.
“Ustedes no se imaginan todo el daño que le pueden causar una persona con esos comentarios y actos de exclusión. No importa si es por el lugar de origen, género, color de piel, orientación sexual, además nada de esto justifica el maltrato que causan, no solo en una persona sino en todo su entorno y como pueden destruirlo”.
