Este era el segundo piso de la empresa, donde quedaban las oficinas. De ahí no se salvó nada. /FOTOS: CARLOS VELÁSQUEZ
A Rigoberto Quintero lo ve la gente y se quedan extrañados. Le preguntan ¿cómo hace pa estar tan tranquilo? Es normal la inquietud entre quienes lo distinguen porque seguramente saben que hace un par de semanas (el 4 de marzo) se le quemó la empresa en el sector de El Chagualo.
Él, con su tinto en la mano, a todo el mundo le responde lo mismo: “He aprendido a descansar en Dios”.
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Pero esa tranquilidad le ha llegado con los días, porque ese 4 de marzo este señor, administrador y propietario de Creaciones Ápice, no entendía muy bien qué pasaba ni tenía noción del tiempo en medio del humo y las llamas.
“Yo iba a almorzar, estaba calentando (se me quemó el almuerzo pa acabar de ajustar) y la conflagración creció en segundos. Le dije a todos que salieran corriendo (…) Hablé con el capitán de Bomberos y le pregunté por qué se habían demorado media hora para llegar y él me respondió que se demoraron 7 minutos. Yo le dije, me disculpo con usted porque esos 7 minutos para mí fueron horas”, le contó Rigoberto a Q’HUBO, en medio de lo poco que quedó de su empresa.
En las instalaciones, y en gran parte del sector, el olor a quemado sigue siendo penetrante, pero en el ambiente también hay un aire de esperanza para quienes siguen trabajando y recuperan el poco material que el fuego les dejó. Y es que, pese a que muchos perdieron cosas materiales como sus celulares y papeles, aún conservan la vida, el empleo y la quincena les llega intacta.
“Ya pasó la primera quincena y se les canceló, gracias a Dios. Tampoco está en nuestro corazón salir del personal”, expresó Rigoberto y complementó contando que la empresa tiene 68 empleados, de los cuales 20 están en la casa, pero siguen recibiendo el sueldo.
La nómina de Creaciones Ápice tiene algo muy particular, porque además de los empleados oficialmente contratados, también tienen un taller dentro de la cárcel Bellavista, en el que trabajan 35 internos haciendo sus productos.
“El Inpec se encarga de gestionar el proyecto y darle la oportunidad a los internos que tienen mejor calificación para que vayan al taller. A ellos se les paga por prenda terminada, le hacemos la consignación al Inpec y ellos se lo entregan a la familia del interno”, detalló el propietario.
La empresa, que además tiene otras 2 plantas que no se afectaron en el incendio, se apoya en esta dinámica para capacitar personal pospenado y cuando salen de la cárcel, les dan la oportunidad de trabajar. Actualmente tienen 7 empleados expresidiarios en la nómina.
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Para finalizar, hay que mencionar que en Creaciones Ápice están muy agradecidos por el apoyo que le han dado los clientes a esta empresa en medio de la crisis y de la incertidumbre, porque aún no saben a ciencia cierta qué originó el incendio y no conocen a cuánto ascienden las pérdidas materiales porque la aseguradora no ha terminado el informe sobre lo sucedido.
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