La música causa felicidad. En el cerebro actúa directamente sobre el hipotálamo y otras zonas que estimulan las áreas de recompensa que generan placer y estimulación. Aún sin hablar y a sus 3 años, Tomás es testigo de todo eso.
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Tomás nació en septiembre de 2017 con una enfermedad congénita llamada artrogriposis. Para dimensionar su patología, a poco de cumplir 4 años, no tiene estómago.
Quienes lo rodean aseguran que las vibraciones de la música lo motivan. 17 días de julio los vivió hospitalizados con dosis de musicoterapia.
Elizabeth y Élkin son los encargados de la magia. Son musicoterapeutas y están a cargo del programa que inició este año el Hospital Infantil Concejo de Medellín.
Hasta la fecha 8.600 niños y acompañantes se han beneficiado de la musicoterapia. Según las directivas, los nuevos sonidos redujeron entre 2 y 3 días el tiempo de estancia en el hospital.