Por Néstor Ocampo
No cesa la muerte masiva de abejas en el Quindío. Ahora en la finca La Selva, vereda Playa Rica, corregimiento Barcelona, municipio Calarcá. Todo empezó hace días, el 8 de septiembre.
Se ha establecido que cuando se va a fumigar en una finca sus propietarios deben avisar a los apicultores cercanos, y que la fumigación debe hacerse durante tres días consecutivos. De esa manera, avisados los apicultores, ellos cubren sus colmenas con mallas especiales para proteger a las abejas y a los tres días las liberan para que no mueran encerradas.
Pues de una finca cercana avisaron que iban a fumigar, pero no cumplieron con el plazo de los tres días, sino que demoraron 7 días fumigando de manera intermitente. Dicen que debido a fallas en los equipos y problemas con el personal. El caso es que cuando a los tres días se quitaron las mallas para evitar que las abejas murieran encerradas… ¡murieron envenenadas!, por decenas de miles. Fue evidente la alta toxicidad del veneno utilizado y eso debió afectar, como es lógico, a muchos otros polinizadores que no estaban protegidos. De esa manera se profundiza la Crisis Ambiental que ya se siente en el territorio de la cuenca del río La Vieja.
Cuarenta (40) colmenas fueron afectadas y en diez (10) de ellas la mortandad fue total. ¿Cuándo se pondrá fin a esta desgracia? ¿Qué hacen la CRQ y el ICA al respecto?