El cáncer colorrectal es uno de los tumores más frecuentes en la población mayor de 50 años, aunque en los últimos años su incidencia ha aumentado en personas más jóvenes. A partir de allí, se han iniciado nuevas líneas de investigación en las que se busca analizar los factores ambientales a los que estamos expuestos, además de los hábitos más frecuentes en el desarrollo de esta enfermedad.
Aunque la detección temprana de los tumores colorrectales, a partir de los 50 años permite una tasa de supervivencia del 91%, cuando se detectan en fases más avanzadas o metastásicas, el nivel de supervivencia decae al 17%.
Desde 2019 El Vall d’Hebron Instituto de Oncología de Barcelona está desarrollando un estudio en el que se ha comprobado que al administrar moléculas que reprimen las células oncogénicas, se logran unos mejores resultados de supervivencia, en comparación con los procesos de quimioterapia.
La investigadora y oncóloga Elena Elez, es la coautora de los 3 trabajos investigativos que ha presentado este instituto a la Sociedad Europea de Medicina Oncológica. Elez afirma que:
“Los resultados son esperanzadores, sobre todo si se comparan con los resultados históricos de quimioterapia como primera línea de tratamiento para estos pacientes”
En la investigación se evalúa la administración de 3 fármacos inhibidores (entre los que se encuentran el Encorafenib y Cetuximab) junto al proceso de quimioterapia, identificando cuál es el momento más óptimo para administrarlos, concluyendo que es una estrategia efectiva en elevar los porcentajes de supervivencia de los pacientes que no tenían un buen diagnóstico.
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En el estudio, en que han participado cerca de 700 pacientes con cáncer de colon metastásico, que no respondían al tratamiento estándar con quimioterapia, los investigadores han visto que este fármaco es bien tolerado.
“Posiblemente podrá llegar a ser un fármaco que podamos prescribir a los pacientes”, considera Elez que señala que: “hoy en día solo contamos con dos fármacos aprobados de eficacia limitada”.
Estos resultados, aunque son preliminares, abren la puerta a poder incorporar estas terapias dirigidas para enfermos que hasta el momento, tienen un mal pronóstico.