Las autoridades recomiendan prudencia y no reaccionar ante los delincuentes, para no poner en peligro su propia vida. /FOTO: ARCHIVO
En lo que va corrido del año en Medellín, 8 presuntos delincuentes han sido asesinados por quienes debieron haber sido sus víctimas. Es una cifra alta, si se mira ya que, en el mismo lapso de tiempo, el año pasado, apenas se reportaba un caso.
En este año, uno de los hechos más sonados sucedió en la carrera 70 con calle 29, cuando un ladrón intentó robar en una farmacia y, cuando pretendía huir, un policía que se encontraba de civil comprando medicinas, le disparó y lo mató. También es reciente el caso del Doce de Octubre, cuando dos sujetos fueron requeridos en un retén policial y, al verse atrapados en el “pecado”, prefirieron enfrentarse a uno de los uniformados, lo cual provocó la reacción de su compañera, quien los neutralizó a los dos. Uno quedó herido y el otro falleció en un hospital.
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“No es prudente que los ciudadanos tomen la justicia en sus propias manos. Deben confiar en las autoridades. Además, ponen en peligro su propia integridad”, manifestó el general Javier Josué Martín, comandante de la Policía Metropolitana.
En Buenos Aires, más precisamente en el barrio Alejandro Echavarría, dos sujetos le robaron a un conductor de una plataforma tecnológica y, cuando emprendieron el escape, éste los persiguió y les chocó la moto. Tirados en la calle, vecinos del sector empezaron a golpearlos. Los dos sospechosos se lanzaron como pudieron a la canalización de una quebrada y, metros más adelante, la policía sólo encontró a uno de ellos, inerte a un lado del arroyo, con algunos hematomas y heridas de bala.
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También fue noticia el intento de robo a un agente del Gaula, en el barrio Trinidad, el mes pasado. Dos jóvenes, uno de ellos de apenas 16 años, intentaron arrebatarle un celular y el agente reaccionó e hirió al menor, quien fue llevado por las autoridades hasta la Clínica Medellín, sede Occidente, donde finalmente logró recuperarse.
Por mala suerte o por la rabia de sus víctimas, este no ha sido un buen año para los criminales, pues muchos de ellos se han encontrado con la muerte en medio de sus fechorías, mientras que otros han terminado en hospitales y, los más suertudos, en la cárcel.