A Yessica Giraldo, de 31 años, la vida le cambió hace 6 cuando una enfermedad progresiva la dejó ciega. Desde entonces, inició el camino de superarse y en compañía de su mamá y un hermano, se enfrentó a la vida.
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Encontró en la Fundación Aula Cinco Sentidos un aliado para aprender a moverse por la ciudad, allí fundó su nueva familia, encontró amigos con los que comparte la misma discapacidad visual y puso retos y sueños en su vida: Uno de ellos, trabajar.
Hace 2 meses y gracias a la gestión de la fundación, esta técnica en secretariado y recepcionista encontró el trabajo soñado en una óptica con 4 años de historia. Sin límites y como una paradoja de la vida, se convirtió en la primera mujer con discapacidad visual que trabaja en una óptica, asesorando a clientes para que cuiden y protejan la visión.
Yessica aprendió el lenguaje y los conceptos técnicos, cada mañana recibe de manos de la optómetra las fórmulas, atiende y asesora a los clientes, convirtiéndose en el ejemplo de sus compañeros.
Desde que llega a la óptica, su amabilidad reluce, es ordenada y aplicada, los clientes destacan su eficiencia y sin perder su sonrisa y los sueños de tener su propio negocio, Yessica, agradece a la vida, esta posibilidad de asesorar en temas de visión y recordarles a los visitantes, que las discapacidades, no existen y las metas se pueden alcanzar.