Ellos son los son los chicos malos de la política quindiana; los del “no, pa’”, “sí, pa’”; Esos políticos que piden votos a punta de coscorrones. “¿Usted votó por mí?”, “sí, diputado”, “entonces tenga su patada”. Y luego vuelven a la técnica del “sí, pa’”; y si quieren fidelizar tu voto, recurre al “sí, papito”.
Los viejitos les fascinan. Bingo que viene y bingo que va. Sacan la ficha: “G13”, y cuando el viejito los va a buscar, dicen: “Aquí las tengo para que me las…”. Solo los ven como un voto, nada más. Viejito, con “ve” de voto, con “ve” de vete pal carajo, con “ve” de váyase a la mierda.
Así no es, pa’; Así no es, mi niño. No tienen carisma, se ríen de forma forzada, manejan una falsa humildad. A lo bien, pa’; así los ven, pa’. Hacen una oposición sin sentido; lo lógico sería que se opongan a los proyectos que le hacen daño al pueblo, pero no a los que lo benefician.
El diputado Jorge Iván Yusti es un “no, pa’” de última generación. Un supuesto opositor al gobierno de Juan Miguel Galvis que más bien parece estar en oposición al pueblo. Lo del sábado no tiene presentación: el Gobierno del Quindío presentó un proyecto de ordenanza para la adición de recursos destinados a la salud, el deporte y los adultos mayores, y su voto fue no.
Pero, diputado, es para beneficio de ellos. “Nop”. Pero es para los viejitos que usted busca en campaña. “Que no”. Es una oposición dañina, una oposición sin sentido. El proyecto de adición de recursos incluye fondos provenientes de rentas cedidas, de la estampilla Prohospital, la tasa al deporte y la estampilla Probienestar del Adulto Mayor. Fue debatido en la Comisión Primera, la Comisión de Presupuestos, donde obtuvo cuatro votos positivos y uno negativo, el de Yusti.
Yusti, recientemente elegido como segundo vicepresidente de la Asamblea, no explicó la razón de su decisión. Su voto fue un “no” a secas, sin argumento alguno, no como cuando la oposición en el Concejo de Armenia dice no a proyectos débiles, como el de la concesión de Setta, y después el Tribunal Administrativo del Quindío (TAQ) les da la razón. Lo suyo es un “no” sin sentido.
Este diputado va de descache en descache. Hace poco se paró frente al coliseo Multideporte a rogar que allí no se realizarán los Juegos Nacionales Juveniles, pero nadie lo escuchó, y, pese a que el escenario fue víctima de una campaña de desprestigio plagada de mentiras, el evento realizado allí fue un éxito. “Pero, diputado, ese escenario es un legado para Armenia, ¿es tan difícil de entender?”.
No pasa nada. Si atacan al pueblo, no merecen el apoyo del pueblo. Y usted, amigo lector, cuando una persona como estas llegue en campaña hasta su casa, ábrale la puerta, salúdela amablemente; y cuando le pregunte si usted votaría por él, mírela directamente a los ojos y, con carita de Bugs Bunny, dígale susurrando su merecido: “Noooo, pa’”.
Por Finito
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