Mientras pasan los días, la angustia crece, pero la fe de la familia permanece intacta.
Noticias Valle del Cauca.
La tranquilidad de una tarde familiar se transformó en una angustia incontrolable para la familia de Sofía, una niña que desapareció sin dejar rastro el pasado domingo en horas de la tarde en Villagorgona, Candelaria.
Sofía, una niña tranquila y muy hogareña, desapareció mientras caminaba unas pocas cuadras entre la casa de sus abuelos y su propio hogar, en lo que debía ser una simple tarea: recoger un shampoo.
Eran alrededor de las 2:30 p.m. cuando Sofía salió de la casa de sus abuelos, según recuerda su padre, quien se encontraba en la casa de su hermana.
«Mi hija salió para buscar un shampoo que usamos para bañar a los perros. Caminaba sola, pero las distancias son cortas, sólo dos o tres cuadras,» cuenta su padre con voz temblorosa.
El problema surgió cuando, tras pasar más de 15 minutos, Sofía no regresaba.
La familia se movilizó rápidamente. Su padre se dirigió a su casa, donde esperaba encontrarla, pero la casa estaba cerrada y la niña no apareció.
«Tocamos la puerta, pero no respondía nadie. Mi hijo se subió por una ventana y revisamos la casa; allí estaba el shampoo que venía a buscar, sobre la nevera, lo que indica que ni siquiera llegó a entrar,» relata.
Sigue la búsqueda Sofía
Sofía, descrita como una niña tranquila, que no solía salir sola más allá de su cuadra, siempre se encontraba en compañía de su grupo de amigos del vecindario.
Para su familia, su desaparición es un misterio desconcertante. «No tenemos enemigos, ni hemos recibido amenazas. Llevamos ocho años viviendo en el corregimiento y nunca hemos tenido problemas con nadie,» asegura su padre, visiblemente preocupado.
Mientras las autoridades locales siguen con la búsqueda y la comunidad comparte la foto de Sofía por todas las redes sociales, su familia mantiene la esperanza.
«Queremos que la gente siga compartiendo su foto, que no dejen de difundirla por Facebook, WhatsApp, Instagram, lo que sea necesario para que la vean y alguien pueda darnos información.»
Cada minuto es vital. Mientras pasan los días, la angustia crece, pero la fe de la familia permanece intacta. «Estamos tranquilos, confiamos en que nuestra niña va a aparecer sana y salva. Seguimos esperando buenas noticias».