Durante el mes de agosto de 2024, las ciudades del Eje Cafetero y Tolima presentaron variaciones significativas en sus índices de inflación, con Armenia e Ibagué registrando una disminución en los precios. Según el reporte, la inflación mensual fue de -0.04% en Armenia y -0.08% en Ibagué, mientras que Manizales y Pereira mostraron incrementos de 0.22% y 0.24%, respectivamente. A nivel nacional, la inflación mensual se mantuvo en 0.00%.
En lo que va del año, la inflación acumulada (enero-agosto) fue de 4.33% para Armenia, 3.85% tanto para Ibagué como Manizales, y 4.90% en Pereira, mientras que la nacional llegó al 4.33%. En cuanto a la inflación anual (septiembre 2023 – agosto 2024), Armenia reportó una tasa de 6.26%, Ibagué 4.97%, Manizales 5.62% y Pereira 6.48%, con una media nacional de 6.12%.
En Armenia, la disminución en el aumento general de precios estuvo liderada por la caída en alimentos (-0.40%), bebidas alcohólicas y tabaco (-0.36%), educación (-0.18%) y comunicaciones (-0.18%). En contraste, sectores como salud (0.34%), enseres (0.31%), restaurantes y hoteles (0.29%), y vestuario (0.26%) registraron aumentos leves. Ibagué también experimentó un comportamiento similar con una ligera disminución de precios.
Este comportamiento inflacionario podría señalar un punto de inflexión en la economía de la Región Administrativa de Planificación (RAP) Eje Cafetero, con indicios de una posible desaceleración en la dinámica laboral, especialmente en Armenia e Ibagué. Un mercado laboral débil tiende a impactar negativamente en los ingresos de los hogares, lo que reduce la demanda y provoca una menor presión sobre los precios, particularmente en rubros tan esenciales como los alimentos.
La reactivación económica impulsada por el empleo puede generar un incremento en el número de personas ocupadas, lo que a su vez eleva los ingresos y fortalece la demanda, presionando los precios al alza. Este fenómeno es evidente en ciudades como Manizales y Pereira.
Por otro lado, la reducción de precios podría estar relacionada con un debilitamiento del mercado laboral. Al estancarse, los ingresos de los hogares se ven afectados, lo que disminuye la demanda y reduce la presión sobre los precios, especialmente en sectores clave como los alimentos. Esta situación sugiere que las dinámicas laborales en ciudades como Armenia e Ibagué están mostrando señales de enfriamiento.