La comunidad señala que decidieron actuar por su cuenta, mencionando la falta de acción por parte de las autoridades municipales de Ipiales.
La inseguridad creciente en la carrera novena de Ipiales ha empujado a sus habitantes a tomar medidas drásticas, la comunidad señala que lo hacen ante la falta de respuesta por parte de las autoridades municipales.
En un esfuerzo por proteger su comunidad, los residentes han comenzado a formar grupos de vigilancia armados con machetes y palos. Patrullan las calles durante las noches para enfrentar la violencia que ha invadido su vecindario.
El pasado sábado, la situación alcanzó un punto crítico cuando un enfrentamiento violento estalló entre los vecinos. Los vendedores de bebidas alcohólicas artesanales, conocidas como «caneleras», quienes operan ilegalmente en la zona.
El conflicto, que inicialmente surgió de las quejas por el desorden y la inseguridad que estos vendedores generan, rápidamente escaló a una confrontación armada.
Rosa Valverde, vendedora de detalles y residente del barrio, le contó a CNC Ipiales la situación: “Es insoportable, en las noches este punto se llena de delincuentes y borrachos que consumen chapil y estupefacientes. Se orinan en los postes, vomitan, pelean, y definitivamente no se puede salir ni descansar. Nosotros dimos a conocer esto a la alcaldía y policía, pero nunca tenemos respuesta”.
La falta de acción por parte de las autoridades ha dejado a los residentes sin otra opción que tomar la justicia en sus propias manos. La crisis en esta área parece lejos de resolverse, ya que muchos de los vendedores de licor artesanal dependen de esta actividad para su sustento diario, sin otras alternativas laborales viables.
Una vendedora de «Chapil», le expresó al medio mencionado : “Nosotras no tenemos trabajo, esto es lo único que hacemos para mantener a nuestras familias. Que nos manden la policía a corretearnos no es solución”.
La intervención de la Policía Nacional durante el reciente enfrentamiento logró mediar entre los grupos de vigilancia, autodenominados «Paleros», y los vendedores de «Chapil», evitando que la situación se agravara y resultara en personas heridas.
Sin embargo, los habitantes de la carrera novena siguen exigiendo una respuesta más efectiva de las autoridades municipales para restaurar la seguridad en su barrio.
La tensión en la carrera novena de Ipiales es palpable, y los residentes advierten que continuarán con sus patrullajes hasta que la situación mejore.
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