Hablé con Juan Miguel Galvis y está listo para el Día D, el de las elecciones, domingo 29 de octubre. A lo largo de la campaña se gozó la contienda, enamoró a los quindianos y les hizo el quite a los ataques. ¿Qué fue lo más duro?, le pregunto: “Luchar contra la mentira, el engaño, las amenazas; pero sabía que iba a ser así, pues nos enfrentamos a gente mala”, dijo.
Una dama de la tercera edad lo abraza, un niño se le acerca y le pide una foto, ambos posan y sonríen. “Me arriesgo por ellos, para que no tengan que estar sometidos, para que este niño no normalice lo dañino y por el contrario se convierta en un agente de cambio”.
En el proceso lo bautizaron como El Diferente. ¿Le gusta o le molesta? “Me encantó, pero no lo veo como algo dirigido hacia mí; lo veo es como lo que la gente sueña para el departamento, pide un cambio, que escribamos su nueva historia. El Quindío es el que realmente debe evolucionar; sí, ser diferente”.
¿Se ha sentido amenazado? “Nos han seguido, mientras nos desplazamos por el departamento; nos han llamado a meternos miedo, a la gente del equipo la han intimidado, pero por fortuna estoy rodeado de hombres y mujeres valientes; era de esperarse, pues nos enfrentamos a personas que están acostumbradas a eso”.
¿A usted, particularmente, qué lo hace diferente? “Buena pregunta. Sabes, es triste en el fondo. Esto tiene inmerso como un lamento de las personas: miran a todos los políticos como unos corruptos, como gente en la que no pueden confiar. Entonces claman por la llegada de mujeres y hombres honestos, eso vieron en mí. Pero sueño con que el ser honesto no sea una excepción, sino que sea la regla. Preguntaste qué me hace diferente, que a diferencia de los otros aspirantes sueño con un Quindío en el que todos tengan oportunidades. Yo no voy por objetivos personales, voy a trabajar por cada quindiano”.
¿Qué ha sido lo bueno, lo malo y lo feo de esta campaña? “Lo bueno, saber que la gente está preparada para el cambio; lo malo, que los de siempre siguen engañando y algunos quindianos inocentemente les creen; y lo feo, la mentira descarada, por ejemplo, los ataques que me han hecho. Basar la política en mentiras hiere la democracia”.
Una jovencita se sienta en la butaca de 5 pilares; su hermanito le toma una foto para subirla a Facebook. “Cuando lleguemos al piso 19 la pondremos en una urna de cristal, es nuestro símbolo, desde donde cimentados todo este proyecto”.
Finalmente, ¿qué le pide a la gente? “Que no dude en acompañarnos este domingo con su voto. A ti, quindiano, te digo que no lo dudes…, ellos nos amenazaron, nos persiguieron, nos hicieron montajes, nos atacaron con inteligencia artificial; o lo dudes, ellos quieren llegar al poder para seguir haciendo mal, para destruir la institucionalidad, para pensar en enriquecerse; no lo dudes, nosotros soñamos con un Quindío diferente, queremos que el departamento crezca y queremos erradicar la corrupción.
Si por todas sus mentiras, hoy dudas por quién votar, te pido que no lo dudes: acompáñame con tu voto y luchemos juntos por un mejor Quindío”. Terminada la entrevista realizada en Armenia, en el parque Uribe, con el imponente río Quindío al fondo, Galvis se dirigió hacia Salento, donde comenzó todo cuando fue considerado como uno de los mejores alcaldes de Colombia.
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