Tras años de espera, 130 víctimas del conflicto armado recibieron una carta que permite una indemnización económica para adelantar proyectos o inversiones que les ayude a mejorar su calidad de vida.
Para Lidys, esta carta que recibió, significa el inicio de una nueva vida para ella y para sus dos hijos de 11 y 6 años.
En el año 2011 llegó desplazada de San Juan de Urabá, de dónde asegura le tocó salir corriendo a causa de la violencia que en esa época viviré el municipio.
Llegar a Medellín, una ciudad desconocida, donde no contaba con el apoyo de nadie y con un hijo pequeño en brazos, fue una situación que asegura no quiere vivir nunca más
«Acá me tocó sola, no había nadie de mi familia, en lo que empecé fue vendiendo minutos, pero gracias a dios trabajando logre una estabilidad», dijo Lidys.
La historia de Xandro Alberto Barreto Pérez no es diferente, hace 11 años, y en medio de un paro armado que hubo en el municipio de Caucasia, Antioquia, y por cuenta de las amenazas que recibió, tenía sólo 19 años y aunque tenía una familia y una vida estable, también se vio obligado a huir para proteger su vida
«A muchos compañeros los asesinaron, a otros nos tocó huir ya que allá no nos querían» dijo Xandro
Por fortuna, logró superar las adversidades, hoy vive del reciclaje y aunque no se lo esperaba, también recibió una ayuda que le permitirá cumplir el sueño de tener una casa propia.
Como ellos otras 128 personas recibieron una carta de indemnización que les entrega la Unidad para las Víctimas como una manera de resarcir el dolor que han tenido que padecer a causa de la violencia.
Las víctimas también recibieron capacitación para hacer una buena destinación de los recursos
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