El arte, la diversión y el brillo llegaron a Medellín en forma de fiesta gay para darle más vida a la noche diversa de la ciudad.
En el corazón de El Poblado abrieron, hace ya varios años, este bar cuyas paredes están forradas en papel tapiz de colores brillantes, donde esculturas de animales, con cuerpos de humanos, dan la bienvenida y la alegoría al amor libre a y a la libertad está por todas partes.
Bar Chiquita se ha convertido, sin duda, en un referente de la fiesta gay de Medellín y un destino turístico imperdible para muchos que visitan a Medellín.
Este espacio, que vibra al ritmo de la música urbana y el pop rosado, nació como una propuesta política de la fiesta en libertad, un lugar seguro para la población LGTBIQ+ y para las expresiones del cuerpo.
Es así como la vida, y el arte drag, comenzaron a tomar mucha más relevancia y visibilidad con esta propuesta, pues Chiquita es un lugar donde se valora lo drag y donde el show central de cada noche es para las artistas drags y sus propuestas creativas.
La propuesta que tanto cautivo la escena nocturna y diversa de Medellín, llegó el pasado 20 de mayo a Bogotá, en donde también está causando sensación.
A la capital llegó el espacio que surgió en Medellín de la mente dos socios y artistas que querían nuevos espacios para divertirse.
Es así como Bogotá también cuenta ahora con un nuevo espacio donde el arte diverso local podrá expresarse, y donde la población LGTBIQ+ capitalina podrá divertirse en medio de la música y el brillo de este lugar.
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