La familia de la víctima se encuentra desprotegida en el mismo lugar del transfeminicidio.
Hace exactamente un año, se registró el transfeminicidio de la lideresa de la comunidad LGTBIQ+, Cristina Cantillo, quien fue interceptada en la terraza de su casa cuando celebraba en el ‘día de las velitas’ con sus familiares.
De acuerdo con las versiones entregadas por los testigos, seis hombres fuertemente armados y a bordo de tres motocicletas ingresaron al barrio Galán, por el sector de la Vía Alterna al Puerto y acabaron con la vida de Cantillo, que ya había denunciado amenazas en su contra.
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De los participantes en este crimen, tan solo fue capturado Darinel José Posada Tovar, alias ‘Duende’, quien fue enviado a prisión de manera preventiva, imputado por los delitos de homicidio agravado y fabricación, porte o tenencia de armas de fuego agravado.
“No se conoce nada de los actores intelectuales del asesinato de Cristina, ni de los demás participantes del mismo (…) en este caso, al igual que en muchos otros persiste la impunidad”, señaló la defensora de derechos humanos, Jeniffer del Toro.
Según Del Toro, las autoridades pretendían que con la captura de alias ‘El Duende’, la familia de la víctima y amigos permanecieran tranquilos, dejando el caso a un lado.
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Lo que más preocupa a los líderes que siguen al margen de las investigaciones, es que la familia de Cristina Cantillo; sus padres, dos adultos mayores y su hermano, en condición de discapacidad, se encuentran en estado de vulnerabilidad por cuenta de los hostigamientos que han sido víctimas desde la muerte de su pariente.
“Hay una omisión de justicia en este transfeminicidio, las autoridades han enterrado el caso y ahora, tememos que su madre y su padre sean re victimizados. No descansaremos hasta que la Fiscalía y la Procuraduría entregue a los autores intelectuales”, expuso la lideresa.
Cómo se siente la comunidad LGTBIQ+
En dialogo con miembros de la comunidad LGTBIQ+, Santa Marta Al Día logró percibir el miedo en el que vive este grupo de personas, que resaltó sentirse desprotegidos, especialmente las mujeres trans que trabajan ofreciendo servicios sexuales por falta de oportunidades.
“Hemos sido obligadas a ocupar espacios a las afueras de la ciudad, dejándonos a la merced de los antisociales que ya han acabado con la vida de algunas compañeras”, señaló una trabajadora sexual, haciendo referencia al crimen de Stefanía Fernández, conocida como ‘Betty’.
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Por lo anterior, la lideresa Jennifer del Toro exhortó a esta comunidad a reclamar sus derechos, luchar con carácter y asumir su orientación con libertas, resaltando que, en su compañía trabajaran por construir una sociedad que garantice los derechos y no exponga a las personas diversas a la discriminación.