lunes, noviembre 25, 2024

HISTORIA. Los verdaderos creadores de la Universidad del Quindío (Parte III)

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Miguel Ángel Rojas Arias

Creada la universidad del Quindío por un Acuerdo del Concejo de Armenia, y nombrada la primera junta directiva del que sería el primer claustro de enseñanza superior en la región, reunida el 22 de octubre de 1960, los integrantes de dicha junta se toparon con el primer escollo: la falta de presupuesto.

Para salirle al paso a tamaño problema, se propuso recomendarle al nuevo alcalde de la ciudad, Roberto Restrepo Escobar, que incluyera en el presupuesto de 1961 la partida prometida de $150.000 para el funcionamiento de la universidad. Así mismo se decidió la promoción y venta de bonos de apoyo, incluso la rifa de un carro último modelo. Estas dos últimas actividades fracasaron estruendosamente, mientras que el concejo municipal le disminuyó la partida de $150.000 a $100.000 para la vigencia de 1961, las cuales se desembolsarían en doceavas partes.

Pero no sólo el tema financiero se trató en la junta del 22 de octubre. También se decidió nombrar tres rectores, uno honorario, uno para la facultad de Agronomía y otro para la de Economía. Igualmente se resolvió abrir las puertas de la universidad a partir del 2 de enero e iniciar clases el 20 de febrero de 1961, en el antiguo edificio de la Alcaldía, añeja sede de las rentas departamentales. Al mismo tiempo, contratar los profesores que necesitara el nuevo centro superior de educación[1]. Ninguna de estas actividades se cumplió, por una razón elemental: no había plata.

Llegan más personas para promover la creación

Ante el evidente fracaso de las decisiones de la junta del 22 de octubre, sus participantes deciden ampliar el número de miembros de la institución, ya no sólo con hombres y mujeres de origen cívico, sino también político, y el 19 de diciembre de 1960 se integró una nueva junta, que quedó compuesta así: Monseñor Neftalí Duque Aristizábal, que representaba la iglesia católica; Mercedes Uribe de Velásquez, que había sido elegida Representante a la Cámara, suplente del dirigente liberal Ancízar López López; Margoth Gómez de Gómez, concejal conservadora, de gran influencia en las decisiones de su partido; las señoras Pastorita Botero de Botero, Raquel Mejía Botero, Valentina Macías Salazar e Inés Echeverri Gutiérrez, todas ellas damas cívicas de la ciudad. También formaron parte de esa junta el médico y concejal liberal Aristóbulo Orrego Duque; el director de Fenalco y presidente del Comité Municipal de Cafeteros Euclides Jaramillo Arango; el abogado penalista conservador Horacio Gómez Aristizábal; Rubén Jaramillo Álvarez, Alirio Gallego Valencia, Aníbal Botero Montoya, Gonzalo Hincapié Mesa, Óscar Montoya Isaza, Efraín Jaramillo Correa y Darío Leyva Troncoso[i] (Gallego, 1988). Éste último comerciante, panadero de profesión, concejal liberal de Armenia, quien propuso e impulsó en el cabildo el proyecto de acuerdo por medio del cual se creó la universidad.

Esa junta del 19 de diciembre designó a varios miembros para que trabajaran en la propaganda y promoción, dirigidas a acercar a la población a este proyecto, conseguir fondos y presionar a la dirigencia local, regional y nacional. Los encargados de esta actividad fueron Euclides Jaramillo Arango, Bernardo Ramírez Granada, Humberto Cuartas Giraldo, Aristóbulo Orrego Duque y Raquel Mejía Botero. Cada uno estaba encargado de hablar por la radio un día a la semana, de lunes a viernes.[ii]

El papel de los periodistas fue decisivo. El Diario del Quindío, principal órgano escrito territorial no bajó jamás la guardia con relación a la campaña. Tampoco lo hicieron los demás periódicos, como El Comercio y Satanás, órganos de circulación semanal. Las emisoras existentes: Pregones del Quindío, Voz de Armenia y la Voz del Comercio, insistieron, casi a diario, en dos proclamas: Creación del departamento del Quindío y creación de la universidad del Quindío. “Éramos verdaderos siriríes, muy constantes con estos dos temas, en aras de conseguir las dos cosas”, recuerda el radiofonista Henry Pineda Rodríguez.[iii]

Como ya hemos mencionado, la creación de la universidad del Quindío estuvo siempre de la mano de un proyecto más grande: creación del departamento del Quindío. Sobre este propósito, el profesor Jaime Sepúlveda señala:

Una primera ojeada a la constitución de la Junta y a las primeras medidas tomadas, nos permite efectuar una conexión entre el movimiento pro-universidad y el movimiento pro-departamento. (…) Dos partidarios de la autonomía de la región, Euclides Jaramillo Arango — que insinuó la formación de un movimiento autonomista a Elías Vélez Palacio y, desde la dirección de Fenalco, contribuyó con el movimiento — y Bernardo Ramírez Granada — que desde el Diario del Quindío agitó constantemente los objetivos de la junta pro creación del departamento del Quindío — fueron los propulsores de la creación de la Universidad. (…) Otros dos de los comisionados para promover la universidad a través de la radio, Humberto Cuartas Giraldo y Horacio Gómez Aristizábal, fueron los grandes activistas del movimiento autonomista en Bogotá. (…) Aníbal Botero, integrante de la junta pro universidad había sido integrante, también, de la junta pro-departamento del Quindío en 1958. O sea que varios de los impulsores de la creación de la universidad del Quindío, fueron también impulsores de la creación del departamento, por una parte, y por otra, los dos movimientos coinciden en un objetivo: contribuir a la erradicación de la Violencia (Sepúlveda, 1985).

Conexión nacional

La proyección de la junta de poner en marcha la universidad el 20 de febrero de 1961, había fracasado. Y no se vislumbraba una salida. De seguir las cosas como estaban, el Acuerdo 023 del 14 de octubre de 1960 aprobado por el concejo municipal, estaba condenado, como muchos otros acuerdos, a ser letra muerta. Lo primero que se intentó fue entonces escribir cartas a las principales autoridades colombianas: presidente de la República, ministros de Educación, Gobierno, de Guerra y al influyente político liberal Carlos Lleras Restrepo.

Las cartas fueron similares, donde se informaba de la creación, en el papel, de la universidad, la necesidad de ella para la región, tanto para impulsar el desarrollo y la educación de las clases medias y bajas, como para erradicar la violencia partidista que aún, en 1961, asolaba la región.

La misma fue firmada no sólo por los miembros de la junta, sino también por los presidentes de los gremios: Fenalco y Comité de Cafeteros, así como por los organismos cívicos: club de Leones y club Rotario. La carta es muy diciente, porque muestra, en resumen, los intereses y las motivaciones que tenía el movimiento que se gestó en la ciudad para la creación del claustro superior.

La única respuesta que se recibió fue precisamente la del ministerio de Educación, que informa sobre la remisión de la carta al Fondo Universitario Nacional (FUN), institución encargada de manejar la financiación de las universidades públicas, incluyendo los temas de ciencia, tecnología, control y evaluación, y construcciones escolares. El FUN estaba administrado por una entidad de carácter privado: la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN). La junta pro universidad del Quindío, escribió entonces al FUN, contándole los detalles del propósito de crear un organismo educativo superior en Armenia.[iv]

El trabajo de Raquel Mejía Botero

Pero parecía que todo era en vano. Nada avanzaba. No se tenían respuestas positivas. Una comisión de finanzas había mostrado el fracaso en la recolección de fondos. La desazón empezó a hacer carrera. La junta comisiona a la señora Raquel Mejía Botero para que viajara a Bogotá y se reuniera con los rectores de las universidades Nacional y Javeriana para buscar la autorización de tener una sede alterna en Armenia. Al tiempo, nombró una comisión para tramitar la personería jurídica de la institución, integrada por Mercedes Uribe de Velásquez, Horacio Gómez Aristizábal, Rubén Jaramillo y Euclides Jaramillo Arango.

Para reforzar estas decisiones, la junta contacta un grupo de quindianos residentes en Bogotá y conforma una junta pro-universidad del Quindío en la capital de la República integrada por Jorge y Carlos Echeverri Herrera, a la que después se integrarían Ancízar López López, Horacio Gómez Aristizábal, Benjamín López de la Pava, Juan Mejía Botero, Luis Eduardo Gallego Valencia, Mery Patiño de Rodríguez y el propio ministro de agricultura de la época Otto Morales Benítez (Gallego, 1988).

La primera reunión que la integrante de la junta Raquel Mejía Botero tiene con el rector de la universidad Nacional de Colombia Arturo Ramírez Montúfar empieza a mostrar una luz en el arduo camino que los ciudadanos de Armenia han recorrido en pro de su objetivo. El rector le dice que es posible crear un centro universitario del Quindío, como una dependencia de la universidad capitalina. La señora Mejía informa a la junta sobre sus gestiones y ésta decide escribirle al rector diciéndole que acoge sus sugerencias y está dispuesta a cumplir todas las condiciones que se le impongan.[v]

La junta toma dos decisiones más: nombra a Alirio Gallego Valencia para que elabore los estatutos de la universidad, tramite la personería jurídica y gestione en Bogotá la vinculación definitiva de la universidad Nacional al proyecto territorial. Los miembros de la junta pensaban que con estatutos y personería jurídica, la idea de universidad adquiría forma institucional y podía calar mejor en los estamentos nacionales.

La otra decisión de la junta fue comisionar a Mercedes Uribe de Velásquez para se reuniera con el rector de la universidad Nacional, Ramírez Montúfar, y con el ministro de Agricultura Otto Morales Benítez, e impulsara la idea, así como tratar de conseguir una reunión con el propio presidente de la República[vi].

El trabajo de Mercedes Uribe de Velásquez

Se convino con Ancízar López López, oriundo del Quindío, Representante a la Cámara por el departamento de Caldas, que dejara asistir a las sesiones del Congreso a su suplente, Mercedes Uribe de Velásquez, para que, con credencial en mano, pudiera gestionar con mayor facilidad las reuniones con Ramírez y Morales. Y así fue. (Sepúlveda, 1985;  y Arana, 1987)

Doña Mercedes se reúne primero con el ministro, por su cercanía política y por la simpatía que Otto tenía por el Quindío. A decir del profesor Jaime Sepúlveda, Otto Morales  había hecho gran parte de su carrera política en los pueblos del Quindío. “Todas sus campañas electorales se clausuraban en Calarcá, con alegres festejos y homenajes que le ofrecían intelectuales y políticos quindianos”[vii]. El ministro, en su ejercicio político como congresista, cuyos votos le debía en gran medida al Quindío, se había opuesto a la separación del Quindío del departamento de Caldas y, por tanto, estaba en deuda con la subregión. Así pues, “apoyar a los quindianos en su aspiración por una universidad permitiría restañar ciertas heridas. El ministro se interesó inmediatamente en el proyecto y aceptó formar parte de la junta pro universidad que se había constituido en Bogotá”.[viii]

Con el apoyo de un ministro de Estado, y más con el peso político de esa cartera y la trascendencia del personaje que la regentaba, la puesta en marcha de la universidad se percibía como un hecho. Otto Morales acompañó a Mercedes Uribe y a Alirio Gallego a la reunión con el rector Ramírez Montúfar y, como era evidente, éste llevó la propuesta al consejo académico que, de inmediato, aprobó abrir una sede en Armenia con diversas características. Tres personas de la universidad Nacional, el propio rector Ramírez y dos miembros delegados del consejo académico: José Pablo Leyva y Ernesto Wills Olaya viajaron a Armenia para reunirse con la junta en pleno y las autoridades locales, y explicarles cómo funcionaría la universidad del Quindío.[ix]

Los delegados, reunidos en el club América de Armenia con la junta pro universidad del Quindío, en la noche del 11 de mayo de 1961, declararon fundado el Centro Universitario del Quindío, tras explicar que el Consejo Académico de la universidad Nacional había decidido abrir en Armenia la carrera intermedia de Topografía, la técnica en Agronomía y Ganadería, así como la carrera de Filosofía y Letras, más un departamento de idiomas. “Para tal fin, el Consejo Académico tuvo en cuenta las necesidades del país y la región”, informó el delegado Wills[x].

Los miembros del Académico pidieron una terna para elegir presidente de la universidad en Armenia, que después sería nombrado rector. También solicitaron la inclusión de un delegado de la Nacional en la junta pro universidad del Quindío. Esta es, sin duda, la reunión cumbre que le dio vida real, a la nueva universidad. Tanto, que el alcalde de la ciudad, Florentino Muñoz García, declara a los visitantes huéspedes de honor. Así lo dice el acta respectiva:

La junta organizadora del Centro Universitario del Quindío consigna con verdadero regocijo la fundación de la institución bajo el patrocinio y asistencia técnica de la universidad Nacional, y deja constancia en el acta, como un recuerdo para la historia de Armenia la presencia del doctor Arturo Ramírez Montúfar, rector de la universidad Nacional, y de los doctores José Pablo Leyva y Ernesto Wills Olaya, miembros del Consejo Académico, y los declara huéspedes de honor en el seno de la corporación[xi].

La Consiliatura de la universidad Nacional nombra como presidente del Centro Universitario del Quindío al pedagogo Federico Flórez, un reconocido maestro y ex secretario de educación de Caldas, oriundo de Armenia, pero residente en Cali, de entre la terna donde también estaban Bernardo Ramírez Granada y Alirio Gallego Valencia. A este último lo designa como su representante en la junta del claustro superior en Armenia.

En tanto, el ministro de Agricultura Otto Morales acuerda con el presidente de la República recibir una delegación de la junta del Centro Universitario del Quindío en el palacio de San Carlos en Bogotá:

Inmediatamente después del viaje a Armenia de la comisión de la universidad Nacional, Otto Morales Benítez en una de sus entrevistas semanales con el presidente Lleras (…) le habló sobre todo lo concerniente al movimiento pro universidad del Quindío y le hizo ver la conveniencia de la creación de un centro universitario que ofreciera algunas carreras intermedias para preparar algunos de los técnicos requeridos por la región y el país. Su conocimiento de la situación social y política del Quindío le permitió mostrar al presidente cómo la creación del Centro Universitario sería una medida que contribuiría a la erradicación de la Violencia. (…). El presidente Lleras fue sensible a los argumentos presentados por el ministro y aceptó conceder una audiencia a la junta. En el curso de la audiencia el jefe del Estado hizo llamar al rector de la universidad Nacional y le pidió que continuara asesorando a los promotores en la concreción del proyecto. Así mismo autorizó al ministro Morales Benítez para disponer de una partida de $250.000 como auxilio a la universidad del Quindío.[xii]

A la audiencia con el presidente Lleras Camargo asistieron el Representante a la Cámara por el partido Liberal Ancízar López López, su suplente Mercedes Uribe de Velásquez, Josué Moreno Jaramillo, Gabriel Mejía, Arturo Ramírez Montúfar, rector de la Nacional, y el concejal de Armenia Alirio Gallego Valencia. Esa misma semana se acordó realizar un gran acto público, el 20 de mayo, en la plaza Bolívar de Armenia para anunciar y celebrar oficialmente la creación de la universidad del Quindío (Gallego, 1988).

 

ARCHIVO CONSULTADO

 

[i] Acta N°1, Junta Directiva de la Universidad del Quindío. 22 de octubre de 1960. Archivo de la Universidad del Quindío.

[ii] Acta de la Junta Pro Universidad del Quindío, 19 de diciembre de 1960. Archivo de la Universidad del Quindío.

 

[iii] Entrevista del autor con el radiofonista Henry Pineda Rodríguez. 2010.

 

[iv] Archivo de Euclides Jaramillo Arango. Carta recibida del Ministerio de Educación. Febrero 26 de 1961.

[v] Archivo de Euclides Jaramillo Arango. Acta de la junta pro universidad del Quindío. Abril 8 de 1961.

[vi] Archivo de Euclides Jaramillo Arango. Acta de la junta pro universidad del Quindío. Abril 11 de 1961.

[vii] Entrevista a Otto Morales Benítez realizada por Jaime Sepúlveda en 1979. En: Intereses sociales en la creación de la Universidad del Quindío. Inédito, 1985

[viii] Ibídem.

[ix] Archivo de Euclides Jaramillo Arango. Acta de la junta pro universidad del Quindío. Mayo11 de 1961

[x] Ibídem.

[xi] Ibídem.

[xii] Entrevista concedida por Otto Morales Benítez a Jaime Sepúlveda, 1979. En: Intereses sociales en la creación de la universidad del Quindío. Inédito. 1985.

 

 

BIBLIOGRAFIA

ARANA Losada Jacob. Historia de la Universidad del Quindío. Tomo I, II, III, IV. Mimeografiado, Universidad del Quindío. Armenia 1987.

ARANGO, Jaramillo Euclides. Apuntes para la historia de la Universidad del Quindío. Inédito. 1975

GALLEGO, Valencia, Alirio. Huellas de la Historia. 1988.

SEPÚLVEDA, Jaime. Intereses sociales en la creación de la universidad del Quindío. Inédito, 1985.

SEPÚLVEDA, Jaime. Intereses sociales en la creación del departamento del Quindío. Universidad del Quindío, 1986.

SEPÚLVEDA, Jaime. Intereses sociales en la creación de la universidad del Quindío. Inédito, 1985.

SEPÚLVEDA, Jaime. Intereses sociales en la creación del departamento del Quindío. Universidad del Quindío, 1986.

(Lea mañana en EL QUINDIANO Los verdaderos creadores de la Universidad del Quindío Parte IV)

 

FOTO 1. Darío Leyva Troncoso, uno de los principales impulsores de la creación de la Universidad del Quindío. En la foto recibiendo la condecoración Mérito Cívico de la SMP, de manos de Emilia Jaramillo de Jaramillo.

 

FOTO 2. Aristóbulo Orrego Duque, Darío Leyva Troncoso, Raquel Mejía Botero, Euclides Jaramillo Arango y Alirio Gallego Valencia, algunos miembros de la Junta Pro Creación de la Universidad del Quindío.

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